'Mass' - Mi casa es la tuya
De no ser por su principio y su final, 'Mass' podría pasar por ser una obra de teatro filmada en torno a cuatro personas sentadas alrededor de una mesa. De no ser por un principio y un final que serían innecesarios de no hacerse valer y ser necesarios por sí mismos. La introducción y el epílogo.
'Mass', básicamente, son cuatro personas sentadas alrededor de una mesa. Hablando. Nada más que hablando durante una hora y media que se pasa en un suspiro, casi sin darnos cuenta. ¿Ya? Una película de la que es mejor no desvelar nada pero de la que también es difícil soltar algún spoiler.
Ya lo adelanto: no hay sorpresa ni giro. Tan sólo cuatro personas hablando alrededor de una mesa. Dos parejas para ser más exactos, unidas por una desgracia a la que asisten desde frentes distintos. Distintos en apariencia, pero iguales en la práctica. El sufrimiento nos hace iguales ante el dolor.
'Mass' viene a ser la verbalización del dolor de un progenitor. Ese sufrimiento que acompaña a todo padre y madre que no ha podido, o no ha sabido anticiparse a una jugada que le dejará una herida difícilmente curable. El dolor, la rabia, la ira, la pena, la frustración, los remordimientos. Esa pedrada al corazón.
Sin embargo, su guionista y director, el debutante Fran Kranz, apuesta por la comprensión. Era fácil dejarse llevar por cualquiera de los sentimientos contenidos a flor de piel. Era fácil gritar o sobreactuar. Pero no lo hace. Ni él ni sus cuatro invitados de lujo, a cada cual más resuelto y entonado.
Porque 'Mass' no sería nada sin la labor de Jason Isaacs, Martha Plimpton, Ann Dowd y Reed Birney. Ellos llevan el peso de un relato que recae generosamente sobre sus hombros. La fuerza de la palabra está en cómo está escrita y en cómo se recita. En su capacidad para dibujar y liberar emociones.
Con mesura, calma y sosiego, 'Mass' se erige en un emotivo momento de catarsis emocional a cuatro bandas. Una lúcida e intensa radiografía construida sobre palabras y gestos vulgares. Un relato sobre el perdón y la culpa que prevalece por lo que no muestra pero sugiere con todo lujo de detalle.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Lo es porque se trata de uno de esos dramas que nos sitúa en la piel de sus protagonistas gracias a un guión muy bien hilado que debido a su particularidad se sustenta en cuatro notables actuaciones, todo ello marcado por un claro tono teatral que me parece muy adecuado para el enfoque que ha querido darle el director a una historia que contada de otra manera no sería tan intensa.
Ann Dowd me sorprendió en Leftovers. Veremos aquí.
Ella nunca decepciona, deberías verla también en The Handmaid's Tale.
Dalo por hecho kittynegri. Gracias.
Aunque no me atraiga en exceso el tema ahora me das un aliciente más para iniciarla.
Muy buena kittynegri y Ann Dowd efectivamente lo borda.
Y lo curioso y horrible es que ya se dio un hecho similar en el siglo pasado así que no es tan distópica.