Buscador

Twitter Facebook RSS

'Mass' - Mi casa es la tuya

Vía El Séptimo Arte por 01 de abril de 2022
Imagen destacada

De no ser por su principio y su final, 'Mass' podría pasar por ser una obra de teatro filmada en torno a cuatro personas sentadas alrededor de una mesa. De no ser por un principio y un final que serían innecesarios de no hacerse valer y ser necesarios por sí mismos. La introducción y el epílogo.

'Mass', básicamente, son cuatro personas sentadas alrededor de una mesa. Hablando. Nada más que hablando durante una hora y media que se pasa en un suspiro, casi sin darnos cuenta. ¿Ya? Una película de la que es mejor no desvelar nada pero de la que también es difícil soltar algún spoiler.

Ya lo adelanto: no hay sorpresa ni giro. Tan sólo cuatro personas hablando alrededor de una mesa. Dos parejas para ser más exactos, unidas por una desgracia a la que asisten desde frentes distintos. Distintos en apariencia, pero iguales en la práctica. El sufrimiento nos hace iguales ante el dolor.

'Mass' viene a ser la verbalización del dolor de un progenitor. Ese sufrimiento que acompaña a todo padre y madre que no ha podido, o no ha sabido anticiparse a una jugada que le dejará una herida difícilmente curable. El dolor, la rabia, la ira, la pena, la frustración, los remordimientos. Esa pedrada al corazón.

Sin embargo, su guionista y director, el debutante Fran Kranz, apuesta por la comprensión. Era fácil dejarse llevar por cualquiera de los sentimientos contenidos a flor de piel. Era fácil gritar o sobreactuar. Pero no lo hace. Ni él ni sus cuatro invitados de lujo, a cada cual más resuelto y entonado.

Porque 'Mass' no sería nada sin la labor de Jason Isaacs, Martha Plimpton, Ann Dowd y Reed Birney. Ellos llevan el peso de un relato que recae generosamente sobre sus hombros. La fuerza de la palabra está en cómo está escrita y en cómo se recita. En su capacidad para dibujar y liberar emociones.

Con mesura, calma y sosiego, 'Mass' se erige en un emotivo momento de catarsis emocional a cuatro bandas. Una lúcida e intensa radiografía construida sobre palabras y gestos vulgares. Un relato sobre el perdón y la culpa que prevalece por lo que no muestra pero sugiere con todo lujo de detalle.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

Temas relacionados

< Anterior
Siguiente >

Comentarios