La última película de Doug Liman recuerda mucho a las comedias de acción de los años 80 y 90. A películas como por ejemplo 'Huida a medianoche' o a directores como John Badham. Producciones tirando a sencillas y prácticas, no especialmente creíbles y siempre adornadas con algún que otro rostro conocido con ganas de pasárselo bien que, vistas hoy en día, resultan unos salvatardes tan estupendos como lo fueron en su momento.

Películas en resumen dinámicas y efectivas, simpáticas y resultonas. Lo que viene a ser 'Los instigadores' a grandes rasgos: una disfrutona comedia de acción de 90 minutos que pasan volando; ya tenga más o menos sentido, más o menos credibilidad, más o menos gracia, o más o menos rostros conocidos haciendo como que están pero que en realidad están de paso. Disfrutando, y probablemente mucho, pero de paso (muy ligero).

Vistiendo de gala lo que no deja de ser lo mismo que ya era 'Road House (De profesión: Duro)', la anterior de Liman, pero de manera menos contundente y macarra y más formal y para todo el mundo. Un poco ese término medio, estilizado y templado por el que se mueve la propia película, pasando de puntillas por cualquier posibilidad para centrarse en lo importante: entretener sin ofender, con dignidad y una mínima elegancia.

No en vano Ben Affleck y Matt Damon fundaron Artists Equity para producir películas "comerciales pero de calidad e inteligentes", películas de corte popular que "la gente pueda recordar 20 años después". Dudo hasta que punto 'Los instigadores' es una película inteligente, pero apuesto a que dentro de 20 años tendré el mismo recuerdo de ella que ahora tengo de películas como 'Huida a medianoche' o de directores como John Badham.

El recuerdo de ser una de esas producciones afables, pragmáticas, respetuosas y bienintencionadas con vocación de honorable y respetable pasatiempo que te alegran la tarde cuando te las encuentras haciendo "una pasada". Cine comercial de (cierta) calidad, directo y sencillo que incluso sin el glamour o la buena presencia de 'Air', aun sin ser en verdad nada del otro mundo logran ser lo máximo y a la vez lo mínimo que puede ser una simple película. 

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

'Road House (De profesión: Duro)' - Hostias y humor

'Air' - A los pies del Rey