'Air' - A los pies del Rey
Es curioso que se estrenen a la vez dos películas como 'Air' y 'Tetris'. En otros tiempos ambas tratarían sobre sus protagonistas y se las vendería como posibles aspirantes a los Oscar. Nada más lejos de la realidad... aunque en otros tiempos, tal cual, lo hubieran podido ser, signifique esto lo que signifique. Y es que sus responsables apuestan por la ligereza y un tono decididamente cómico para relatar no ya la historia de una persona, sino la de un producto. O marca.
Ya no somos espectadores. Ahora somos consumidores... signifique esto lo que signifique. En cualquier caso, 'Air' es la historia (convenientemente adornada) de cómo las zapatillas de Michael Jordan pudieron conquistar el mundo gracias a la fe de un hombre, aquí interpretado por un Matt Damon que sigue siendo una apuesta segura. Él sería la estrella de no ser por las zapatillas que dan nombre a una película tan vivaz y estilizada como irremediablemente entretenida.
Y en mi cabeza una asociación que no puedo romper una vez ha pisado suelo: 'Air' podría ser una suerte de cruce entre 'Jerry Maguire' y 'Moneyball: Rompiendo las reglas' aliviado por la generosidad como actor de Matt Damon y la humildad como director de Ben Affleck. Nunca he sido un entusiasta de 'Argo', pero en 'Air' brillan las mismas cualidades que en aquella: Su solidez y convicción a la hora de contar una historia de manera ágil y agradable. Por y para el pueblo.
Sin complicaciones. Ni tampoco grandes ambiciones.
Y sobre todo poniendo a dicha historia por delante, permitiéndose incluso el lujo de tratar al mismísimo Michael Jordan como si fuera un mero extra. En otra vida 'Air' se hubiera estrenado a finales de año en busca de alguna nominación al Oscar, pero en esta lo ha hecho a mediados de año en busca de algo más valioso: El calor del público. A veces se nos olvida que películas como estas son las que crean afición y hacen industria. El término medio que contenta a todos.
Damon, Affleck y todos los demás no tienen nada que demostrar, y eso se refleja en 'Air', el tipo de película servicial nacida para contentar a todo el mundo, dicho sea en el buen sentido. El tipo de película que en 1996 o en 2011 se hubiera llevado un puñado de nominaciones a los Oscar casi sin pretenderlo, por poco más que por hacer "su puto trabajo" que decía Ed Harris en 'Poder absoluto'. ¿Y por qué de pronto una mención a una película de Clint Eastwood?
Porque 'Air', en resumen, podría ser una película de Clint Eastwood. Tan sencillo como contar una historia a cuyos pies se arrodilla el ego de cualquiera de los implicados. Elemental, querido narrador. De manera sencilla pero no simple, respetuosa pero no plana. Y sobre todo de forma tan pragmática como apropiada para ver pasivamente en la gran pantalla. Dos horas después el mundo seguirá siendo el mismo, pero al menos durante un rato lo habremos olvidado.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Un buen narrador es aquel que hace que cualquier historia resulte interesante, incluso la de los gallumbos de Nadal. La película está bien narrada, otra cosa es que la historia no te resulte atractiva porque ya te la sabes.
Es cierto que juega con red y obviamente la historia es predecible pero la madurez interpretativa de Affleck, Damon, Bateman y Davis a estas alturas a nadie sorprende que se hayan convertido en el natural relevo actoral del mejor Eastwood al que hace referencia Wancho y convirtiéndose en la mejor disculpa para eliminar cualquier duda sobre si merece la pena darle una oportunidad.
Esto lo comento a toro pasado, por supuesto, porque AIR no ha sido en ningún momento una prioridad para el que suscribe debido principalmente a que el tema tampoco me llamaba en exceso y la intuía como una propuesta con demasiado despacho de por medio que quizá podía afectar negativamente a la experiencia y, efectivamente, sí que tiene mucho despacho pero su sólido guión, de hecho, convierte esos momentos en lo más interesante de la película.
La fotografía, por su parte, tiene también algunos momentos destacables como las estampas con el monte Hood de fondo dejando unas instantáneas preciosas.
Respecto a su BSO, cuenta con un reconocible score ochentero que le sienta de maravilla que no hace sino potenciar el resto de apartados dejando una sensación muy satisfactoria al finalizar.
Resumiendo, una historia de superación, hasta cierto punto, que, aunque no apetezca, se deja ver muy bien con un resultado que puede sorprender positivamente.
Un 8,5.
A Nike le habrá encantado, a Converse y Adidas menos.