Hoy en día que nos hemos acostumbrado a ver todo tipo de series tanto como a ver todo tipo de películas, títulos como 'Los buenos profesores' parecen quedarse un poco a medias de lo uno y de lo otro. Se quedan un poco a medias, y nos dejan también un poco a medias. Y es que más que una película, parecen un resumen de la primera temporada de una serie.

De una buena serie como puede ser 'Hipócrates', serie creada por Thomas Lilti a partir de su película homónima de 2014. De hecho, de igual forma que dicha película fue el punto de partida de dicha serie, 'Los buenos profesores' podría ser el "piloto" de una futura serie. Con Thomas Lilti al frente de ambas, las bondades de una y otra vienen a ser las mismas.

Cambia un hospital por un instituto y la medicina por la enseñanza, si bien la idea viene a ser la misma: transmitir una imagen antes que contar una historia. Un retrato que pretende ser fidedigno, cercano, cotidiano, bienintencionado y amable de la profesión en cuestión en el país vecino que se aleja en gran medida de la mala leche de títulos como 'Sala de profesores'.

Las intenciones de Ilker Çatak y Thomas Lilti son tan distintas como lo son el tono de ambas propuestas, por más que en las dos brille la sensación de realidad y una estilización muy convincente. En el caso que nos ocupa, mediante una dramedia que no fuerza ni el drama ni la comedia más que lo justo para que todo fluya de manera fluida y orgánica, cercana y creíble.

Lilti se apoya en un reparto coral, en la elipsis continúa y en una serie de historietas entrelazadas que transcurren durante un año escolar, lo que en última instancia desemboca en la sensación mencionada al principio de "quedarse un poco a medias": 'Los buenos profesores' es un mosaico muy ágil, veraz y entretenido, pero sugiere más de lo que cuenta. 

Si bien como imagen se expresa de sobra y por sí misma, como ficción, lo dicho, resulta inconcluyente. Como si fuera un capítulo intermedio de una serie que no sabemos de dónde viene ni sabremos a dónde va... o más bien, como si fuera la realidad misma pues, al fin y al cabo, la gran mayoría de los profesores pasan por la vida de los estudiantes de manera episódica.

Lo que no nos impide que nos hagamos una idea de quiénes son... ni nos dejemos de preguntar qué habrá sido de (algunos de) ellos.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex