A pecho descubierto: 'La noche del fin de los tiempos' es un claro homenaje al cine de animación rotoscópica que asociamos a nombres como los de Ralph Bakshi o a películas como 'Heavy Metal'. Cine de animación claramente para adultos plagado de muertes y sangre. Un crudo y ultraviolento cuento fantástico que gira alrededor de una flor azul que otorga el poder magno a aquel que la posea. Y ya se sabe, como decía el dictum de Acton "el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente".

En torno a esta cuestión gira toda una película en la que básicamente, todo el que puede morir, lo hace de forma mayormente sangrienta y desagradable. De hecho ese podría ser un buen resumen de la película: Gente muriendo (o matándose entre ella) de tal forma que la técnica de animación empleada luzca y reluzca, como así es de hecho. O cuando el medio justifica el fin, y la técnica de animación se erige en la protagonista de una función que no sería gran cosa de no haberse mimetizado con la técnica empleada.

Y es que de eso se trata: 'La noche del fin de los tiempos' nunca va más allá del homenaje que tal cuál es, tal cuál quería ser. Un capricho retro que se apropia del recuerdo (o la imagen) que podamos tener para revivir la sensación que pudimos tener (o haber tenido) en su momento. Un sólido espectáculo para "frikis" que no ofrece nada propiamente nuevo, tan sólo gente muriendo (o matándose entre ella), si bien, cuarenta años después, se disfruta de manera tan visceral que parece que no ha pasado el tiempo.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex