'La mitad de Ana' - ¿Y la otra mitad?
Marta Nieto, a diferencia de la Paz Vega de 'Rita', no se anda con rodeos en su salto a la dirección de cine. Sabe lo que quiere contar y cómo lo quiere contar: desde su propia perspectiva; posiblemente como persona, no tanto como cineasta. A veces ambas cosas coinciden; otras tantas veces no.
Y es que Nieto parece hacer 'La mitad de Ana' para sí misma, no tanto para el espectador. Y de nuevo, a veces ambas cosas coinciden; otras tantas veces no. En este caso hablamos de un "fifty fifty", siendo una película sencilla, delicada y honesta a la que sin embargo le cuesta transmitir emoción.
Su tono conciliativo, moderado y pacificador provoca que nunca llegue a precipitarse o explotar de alguna manera. De ahí que, por ejemplo, Nieto no sepa cómo rematarla. El conflicto termina siendo prácticamente inexistente, con un tratamiento demasiado suave y ligero como para sentir que alguno de sus personajes se enfrenta a algo relevante desde la perspectiva del espectador.
Lo que siempre debería de contar, por más que no siempre tenga por qué ser lo único que cuente, de acuerdo. Pero las películas siempre se tienen que hacer para los demás, o al menos, no sólo para uno mismo, para que además de poder apreciarlas, podamos sentirlas, también, como propias.
O en su defecto, como adoptadas.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex