Tengo que admitir que Armando Iannucci me gusta, y bastante desde que en mayo de 2010 vi 'In the Loop'. En aquel momento comenzó un idilio que aún hoy en día perdura. Desde entonces he disfrutado con todas y cada una de sus creaciones. Sin excepción. Incluyendo por supuesto la película que ahora nos ocupa, 'La increíble historia de David Copperfield'. Como dijo Víctor Fernández el año pasado (y esperemos que vuelva a decir este), "me puede el corazón".

¿Significa eso que la recomendaría abiertamente? Va a ser que no. O no tiene por qué, máxime después de haber comprobado en IMDb como 'Avenue 5' no parece haber gustado al grueso de la humanidad tanto como a mí. Ni lo comparto ni lo respeto, pero en cierto sentido lo entiendo y lo acepto: La política sigue siendo el marco en el que más y mejor lucen las virtudes de Iannucci. Además, no se hizo el jardín de los Trotwood para dejar pastar a los burros...

En fin, 'La increíble historia de David Copperfield' es una película muy de Armando Iannucci. Un acercamiento ligero al clásico de Charles Dickens que a pesar de su dinamismo y alegre vocación festiva, no deja de lado ni el dramatismo inherente a la historia original ni la mala leche habitual de su creador. Esto es, ante todo y sobre todo una comedia negra marca de la casa repleta de diálogos envenenados y en la que tener el oído fino para lo británico suma doble.

Una estilizada sátira de aires teatrales y un endiablado sentido de la generosidad que provoca que todos los que dan la cara tengan su momento de gloria, empezando por un Dev Patel que no siempre tiene la oportunidad de lucir tan bien como cabeza de cartel. Nada por otro lado que no pudiéramos suponer de antemano, pues Ianucci ha hecho carrera logrando fusionar el drama con la comedia de manera tan irresponsable como ausente de toda seriedad.

¿Significa eso que la recomendaría... abiertamente? No. O depende, pues hasta un fan de Iannucci admite que esta vez la mezcla resulta más simpática que divertida. 'La increíble historia de David Copperfield' es una buena película, y una muy animada y amena versión de la famosa historia de Dickens. Pero no es especialmente divertida y dos horas sonriendo sin carcajadas por en medio de un "relato de aires clásicos" pueden hacerse largas. O incluso pesadas.

Por Juan Pairet
@Wanchopex