'La guerra de las corrientes' - Mystery Men
'La guerra de las corrientes' está basada y/o inspirada en hechos reales que para el caso, es algo que nos da un poco igual. No deja de ser una muletilla que puede ser usada a conveniencia que no tiene por qué decir más de lo que puede decir: Que la realidad es tan relativa como tan maleable es desde el punto de vista de una ficción como esta, tan sujeta a los caprichos de quiénes se ocultan en las sombras.
Desconozco en qué medida se parecen esta "guerra de las corrientes" entre Michael Shannon y Benedict Cumberbatch y la "guerra de las corrientes" que tuvo lugar entre George Westinghouse y Thomas Edison por quedarse con el contrato de iluminación de la Exposición Mundial de Chicago de 1893, y de paso, convertirse en la empresa dominante que llevaría la electricidad al resto de Estados Unidos.
Como a su vez, desconozco en qué medida difieren la versión de la película estrenada en cines de la versión respaldada por Harvey Weinstein. Como decía en su momento con 'Cats', en la era de Internet es complicado abstraerse por completo de lo que rodea a una película. Pero hay que como mínimo, intentarlo. Por honestidad, pero también porque en ocasiones la ficción se sobrepone a una versión de la realidad.
'La guerra de las corrientes' no es un drama histórico al uso, en el sentido que ni es ni pretende ser el clásico relato de apariencia académica con ansias de rascar una nominación al Oscar al mejor vestuario. Al igual que en 'Yo, él y Raquel' el realizador Alfonso Gomez-Rejon se deja notar a través, tanto de la cámara como del montaje, en una constante reivindicación del narrador por encima de la propia narración.
Una muy animada narración apoyada en un estupendo acabado ornamental y un (solvente) reparto repleto de caras conocidas. Lo que se diría una gran producción que a diferencia de por ejemplo 'The Imitation Game' -Cumberbatch mediante-, se ha moldeado como un juego de niños antes que en un (suave) masaje para puristas de manual. Lo que podría ser una película de Marvel hecha por Kinka Usher.
Al fin y al cabo, el propio Alfonso Gomez-Rejon ya hizo algo parecido en 'Espera hasta que se haga de noche', remake de una película de terror que convirtió en una suerte de chascarrillo de una noche de copas. Una suerte de ligereza juguetona tan dinámica como quizá, volátil y pasajera. Y tan alejada de su en teoría presumible aura y presencia como para que parezca que avanza a trompicones y con el pie cambiado.
Como la Wikipedia a la Enciclopedia Espasa. 'La guerra de las corrientes' podría ser algo así. El intento constante de un realizador por dejar claro que antes que la historia, importa quién la cuenta. Una presencia omnipresente que envuelve a una apasionante historia real de un artificio que si bien, la despoja de dicha pasión o calado emocional, a su vez la proyecta hacia la pantalla con un frenesí tan estimulante como arrollador.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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Así todo también es justo reconocerle sus virtudes y la verdad es que no son pocas, empezando por su notable puesta en escena o el buen hacer del reparto pero sobre todo porque casi siempre resulta interesante o incluso emocionante lo que nos está contando, en ese sentido no defrauda y deja un buen regusto final que sin duda justifica darle la oportunidad que se merece.