Bueno, a ver, empiezo y ya está.

De entre todas las diferencias que pueden separar a 'Bajo la misma estrella' de 'Yo, él y Raquel', la principal es la forma en la que ambas se presentan ante nosotros: Mientras que en el cartel de la primera se hablaba de amor, en el cartel de la segunda se habla de amistad. Centrar el foco en una o en otra marca la debida brecha de lo que, por demás, no dejan de ser historias de un perfil muy afín que acaban por ofrecer unas prestaciones muy similares. E igualmente en ambos casos, unos resultados plenamente satisfactorios, cayendo la balanza si acaso hacia dónde más sintamos respeto, si hacia la amistad o hacia el amor.

Esta es la parte en la que opino:

"Si esto fuera una historia romántica conmovedora, de repente acabaríamos besándonos con el fuego de mil soles... pero no es una historia romántica conmovedora", comenta en un momento dado su protagonista, Thomas Mann, cuya voz en off nos acompaña a lo largo de toda la narración. Y no es la primera vez que nos mentirá, pues si se trata de una historia romántica conmovedora. Ahora bien, de las que se centran en esa vertiente del amor que tira de abrazos en lugar de besos. Esto le permite entre otras cosas jugar con el espectador, hacer un mayor hincapié en el humor o reducir la gravedad de su discurso, si bien no hay que olvidar que aunque en su título español haya sido sustituido por "Raquel", uno de los pilares sobre los que sustenta la historia es "una chica moribunda".

No se preocupen, sigue siendo perfectamente admisible como "feel-good movie", una de esas películas que siempre intentan ver "el lado brillante de la vida" hasta en la calva de la adorable Olivia Cooke. Una apariencia de buen rollo casi constante que no enmascara, ni mucho menos, que estamos en realidad ante una arenga agridulce que aboga eso sí, con sensibilidad y compadreo, por el disfruta de hoy que el mañana será ayer. O algo que se le parezca, en busca de ese objetivo tan complicado que supone hacernos sentir bien aunque tengamos un palo clavado en el culo... ejem, para entendernos. En suma, de irradiar una alegría que resulte tan contagiosa que den ganas de salir a la calle a descubrir como huelen las nubes. Y a disfrutar, que son 105 minutos de buen rollo.

Hemos mencionado 'Bajo la misma estrella', pero también podríamos mencionar el paradigma sobre el que se ha sustentado Fox Searchlight; esto es, 'Pequeña Miss Sunshine'. O como cuando al final de la película "Harry encontró a Sally" por enésima vez. 'Yo, él y Raquel' combina esa solvencia industrial del concepto indie "Made in Sundance" con el entusiasmo por dejarse notar de un casi debutante, Alfonso Gomez-Rejon, que aporta un toque jovial y dicharachero que la elevan por encima de la media. Aderecemos la mezcla con un reparto encantador, una buena banda sonora y unas cuantas referencias cinéfilas, y esta es la parte en la que el resultado no puede ser más satisfactorio. O casi. O como si lo fuera: al fin y al cabo, los amigos tampoco son perfectos. Pero se hacen querer igual.

Esta es la parte en la que le pongo nota:

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex