'La gran enfermedad del amor' - Así que venga, vale, bien
'La gran enfermedad del amor' es una simpática y efectiva comedia romántica que no obstante, y a efectos prácticos, no deja de ser una mera "comedia romántica" con lo que eso supone, con lo que eso conlleva. Puede que por encima y/o sobre la media, pero no más que en esencia adscrita a un género que la limita en igual medida al que sirve.
Por encima y/o sobre la media aún a pesar de su protagonista, Kumail Nanjiani, mejor actor secundario en 'Silicon Valley' que actor protagonista de una comedia romántica; y por encima y/o sobre la media a pesar de abusar de metraje, como ocurre con casi todas las producciones desarrolladas bajo el influjo espiritual de aquel llamado Judd Apatow.
Una nueva producción "indie" ambientada en Nueva York y protagonizada por un cómico. El fantasma de 'Louie' anda por ahí, aunque Nanjiani prefiere apostar por lo dicho, una comedia romántica antes que por Noah Baumbach. Y si no fuera pakistaní, tampoco crean que hay mucha diferencia respecto a lo que hacía Matthew McConaughey antes de 'Killer Joe'.
Aunque haberla la hay, como también la hay con respecto a la hoy su rival en la cartelera española 'La batalla de los sexos', con la que comparte algo de ese mismo espíritu comercial falsamente indie. O como si lo fuera, aunque con ese punto adicional de frescura bajo el que se aprecia lo que en esencia sigue siendo una historia, y no sólo un producto.
En cualquier caso, no deja de ser un condicionante admisible a concurso. Cualquier de ellos. No hay necesidad de menospreciarla por lo que es, dado que cuenta con argumentos como para apreciarla por lo que es. O cuanto menos, para darle una palmada en la espalda mientras nos despedimos, nos alejamos de ella con una sonrisa fugaz.
'La gran enfermedad del amor' no deja de ser una simpática y efectiva comedia romántica, no más que una simpática y efectiva (a pesar de su excesiva duración) comedia romántica. Esas son sus aspiraciones, y eso es lo que ofrece y a su vez, garantiza. Todo ello sin esa capa de materialismo falso y banal del cine comercial no indie.
Así que venga, vale, bien.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 6.