Cuando se publicó aquel primer vídeo de unos segundos donde veíamos a Joaquin Phoenix con el vestuario de Arthur Fleck y el de Joker, allá por finales de 2018 o inicios de 2019, ya se veía que del filme dirigido por Todd Phillips podía surgir algo, al menos, decente. Llegó el momento del estreno de 'Joker' hace ya cinco años, y fue toda una revelación. En un momento donde el universo extendido de DC ya estaba empezando a pedir la hora, llegó este enfoque más maduro y bien ideado y ejecutado del archienemigo de Batman por excelencia en el que es un cómico callejero, a quien los continuos golpes de la vida le llevan a perder la razón. Todos los elogios y premios llevados fueron merecidos.

El film ya estaba bien así como fue, y no pedía una secuela para rellenar agujeros ni nada; pero al final, se dio luz verde a una segunda parte, y contando con el regreso del director y del actor protagonista, más la incorporación de Lady Gaga como Harley Quinn y la participación de dos actores de la original como son Zazie Beetz y Leigh Gill (cuya aparición es uno de los pocos grandes momentos), se podía prever que 'Joker: Folie à Deux' podía ser buena también. Pedirle el mismo nivel de 'Joker' sería exigir demasiado, pero todo lo que fuese de un notable bajo, como mínimo, ya era para estar satisfecho.

Sinceramente, la película me ha dejado "Gagá", y no en el buen sentido. O algo ha pasado fuera de cámaras, o se han tomado malas decisiones que no estaría mal que explicaran.

Y no es por los números musicales, porque estaba abierto a la idea siempre que estuviera bien justificado. Más bien es por la carga de números musicales a los que no les veo mucha conexión con el argumento, mientras que a otros como al dúo entre Quinn y Joker en el programa de TV sí. Estos números metidos de forma más separada y sobre todo con más coherencia narrativa creo que habrían potenciado el resultado final.

Sin embargo, el mayor delito que comete este largometraje, y por el que los responsables deberían dar explicaciones si tienen un respeto por su audiencia, es que esta secuela más bien es un epílogo de los acontecimientos contados en el filme de 2019. El personaje de Arthur Fleck/Joker más que una evolución sufre una involución y la entrada de Harleen Quinzel le viene bien a la narrativa, pero termina siendo un lastre que causa que 'Joker: Folie à Deux' pierda fuerza en el último tramo.

Esa involución del personaje protagonista es, para mi gusto, bastante desagradable y tira por los suelos todo lo que se contó en la anterior. No pido un cliché de locura absoluta y "que les den por culo a Gotham y a su gente que aquí mando yo", aunque sí debería haber optado por el camino de la coherencia narrativa y seguir explorando la "psique" de Fleck; incluso manteniendo el mensaje de fondo de que la gente solo le hacía caso cuando adoptaba la identidad de Joker. Eso lo compro, más no el deterioro realizado al personaje de Joaquin Phoenix.

Un Joaquin Phoenix que cumple en su papel, como no se podía esperar de otra forma, si bien el material del que dispone lastra su trabajo. Incluso se defiende bastante bien cantando en comparación con una artista consagrada como es Stefani Germanotta/Lady Gaga, una mujer que hace años dejó de ser la excentricidad en persona y se transformó en una artista del copón y en una muy buena actriz. La elección de Gaga como Harley Quinn fue adecuada. Pero al igual que con Phoenix, le lastra el material porque su trabajo en sí es bastante bueno.

Por su parte Brendan Gleeson, actorazo donde los haya, sí que no tiene apenas peros. Con su personaje me gustaría que se hubiesen hecho otras cosas, pero como carcelero cabronazo es de lo mejor de la película. No puedo decir lo mismo de Catherine Keener o Steve Coogan, más que nada porque no tienen las suficientes escenas ni peso en la trama como para sacar una valoración justa.

Estéticamente (fotografía, vestuario, dirección artística, etc.) y en la banda sonora, si bien los números musicales tienen prioridad, 'Joker: Folie à Deux' cumple como se esperaba. Los problemas son en términos narrativos; ignoro si por un montaje mutilado, decisiones mal ejecutadas o presiones externas a la producción. Lo que está claro es que tal bajón de nivel de un largometraje a otro es preocupante. Es más, ahora sí que habría que pedir una tercera entrega para reconducir esta trama que se ha caído por el precipicio y dejar a esta encarnación de Joker en un lugar bastante mejor de donde está ahora...

Y si esto es todo lo que hay, pues nada. Se acabó el espectáculo.

Por Michael Myers