Decía en febrero de 2017 que 'John Wick: Pacto de sangre' no intentaba ser más ni tampoco ser mejor que 'John Wick'. Que en esencia, lo que intentaba era algo en apariencia tan sencillo como en la práctica tan complicado: Ser una expansión y/o evolución de la primera en lugar de ser más de lo mismo. Que no era lo mismo pero más grande; que no era lo mismo pero más ruidoso; que no era simplemente más de lo mismo... más, más y mucho más.

Una auténtica secuela amplia horizontes partiendo de los aciertos de un primer filme. O algo parecido: No es que tenga que ser más o mejor necesariamente... sin dejar de intentar parecer más y/o mejor, por supuesto. Es que tiene que suponer algún salto relevante por llamarlo de alguna manera. Una auténtica GRAN secuela si me permiten ahora añadir ese GRAN entre medias... porque luego hay secuelas que son simplemente secuelas. Consecuencias.

También, por supuesto, hay películas que son tan oportunas en el tiempo, o que ponen el listón tan alto, o que las circunstancias le han dado tanta vida que en cualquier caso van a suponer un condicionante, suave o severo, al que sólo la perspectiva que da el paso de la vida pondrá en su sitio. Si una auténtica GRAN secuela amplia horizontes partiendo de los aciertos de un primer filme... ¿qué suele hacer una secuela respecto a los logros de un segundo filme?

'John Wick: Capítulo 3 - Parabellum' es más una consecuencia de 'John Wick: Pacto de sangre' que una evolución de 'John Wick', algo por demás lógico, comprensible y del todo justificable aunque entremos en una aparente contradicción: Si la segunda supuso una evolución, la tercera es la reafirmación y/o asentamiento de dicha evolución. En lo bueno y en lo malo, si es que lo malo como tal no cuenta como una advertencia ya implícita tras dicho segundo filme.

En lo bueno, y en lo malo: Más de lo mismo para los que disfrutaron de la anterior, más de lo mismo también para los que no lo hicieron. Más de lo mismo, en esencia. Una auténtica GRAN secuela que reincide en los valores que hicieron que la anterior, en coalición con la primera, diera un golpe sobre la mesa del cine de acción. Aunque también, las cosas como son, una GRAN secuela porque de por sí viene de un GRAN heredado que no es del todo mérito suyo.

Esto es, 'John Wick: Capítulo 3 - Parabellum' no es necesariamente más y mejor que 'John Wick: Pacto de sangre', sino más bien un copo de nieve que cae sobre otro copo de nieve. El mito, la leyenda, el icono crecen más en cantidad que en calidad, por decirlo de alguna manera sin por ello desmerecer lo que, en cualquier caso, supondrá de nuevo y por méritos propios, un placer para la mayoría de a los que los dos capítulos anteriores les parecieron un placer.

En mayor o menor medida, pero un placer. Mejor o peor, que no importa que al final del viaje nos seguirá quedando Keanu Reeves. El hombre, el mito, la leyenda. Y con fuerza para un cuarto y (supongo) último capítulo. Que quizá, como también ocurre con otras franquicias como la de 'Misión Imposible', acabe siendo "más de lo mismo" no deja de ser un bendito problema cuando está a un nivel tan endemoniadamente placentero como el sexo cuando se entra a matar.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex