'Homecoming' (T2) - El sustituto
Buenas intenciones. Jefes imprevisibles. Paranoia creciente. Consecuencias inesperadas fuera de control. Janelle Monáe interpreta a una mujer que se despierta en una canoa en un lago y no recuerda cómo llegó hasta allí, ni tan siquiera quién es.
Regreso a casa. Regreso a 'Homecoming', la aclamada -al menos por mí- serie de televisión inspirada en el podcast de Gimlet Media creado por Eli Horowitz y Micah Bloomberg, también creadores y guionistas de una serie no obstante más popularmente conocida por todo el mundo, o por casi todo el mundo por ser "una serie del creador de Mr. Robot". Ahora bien, Sam Esmail ni es el creador ni tampoco el guionista de 'Homecoming', sino su director. El director de todos los episodios de su primera temporada, que no de los de la segunda.
Kyle Patrick Alvarez sustituye al mencionado Esmail como director de todos los episodios de esta segunda temporada. ¿Quién has dicho? Kyle Patrick Alvarez, alguien a quién no podemos ubicar en el mundo sin la ayuda de IMDb. Al menos hasta ahora que se le ha encomendado una difícil tarea: Sustituir a Esmail. Y el que dice sustituir, como quien dice emular. Como uno de esos softwares que permiten ejecutar programas o videojuegos en una plataforma diferente de aquella para la cual fueron concebidos originalmente.
Algo así se siente esta segunda temporada, como si estuviéramos jugando a un juego de la Play en un PC. Hacemos como que es lo mismo, pero en realidad no lo es. Porque lo disfrutamos prácticamente por igual. Porque tampoco nos paramos a pensar en ello. Porque nos dejamos llevar, como nos podemos dejar con mucho gusto por esta segunda temporada de 'Homecoming', empaquetada al igual que la primera en capítulos de unos 30 minutos muy propicios para su visionado de una sentada. Visto y no visto, un suspiro.
Es, parece, se presenta como tal. Y hacemos como que lo es, más no, no lo es. Como esta segunda temporada de 'Homecoming' no es exactamente lo mismo que la primera. La sombra de Sam Esmail es tan alargada como su talento visual, y el esforzado Patrick Alvarez no puede evitar que pensemos en un sucedáneo. Atractivo, entretenido, intrigante, estimulante. Pero sin ese "charme" que hacía de la primera temporada una producción especial, y a rebufo de los logros de un precedente del que se comporta como una apéndice.
No ayuda que sean tan sólo siete episodios, ni que la presencia de Janelle Monáe en sustitución de Julia Roberts como nueva protagonista traiga consigo una expansión del mundo de 'Homecoming'. Más bien, esta segunda (y probablemente última) temporada se dedica a rellenar algunos de los huecos dejados por la primera. A poner los puntos sobre las íes. Un apéndice atractivo, entretenido, intrigante, estimulante. Pero ni necesario, ni imprescindible. Porque tampoco se hace valer como si fuera necesario o imprescindible.
En cierto sentido, se podría decir que es como ver las escenas adicionales de la versión extendida de una historia. Añade valor, por descontado y por supuesto, pero no llega a enriquecer el producto en la misma proporción que los minutos que dura. Por algo después de todo se quedaron fuera de la versión original: Porque a priori estos añadidos no son fundamentales, por más que nunca dejan de ser interesantes. Interesantes, pero no apasionantes. O no tanto como probablemente lo hubieran sido en manos de Sam Esmail.
Como si fuera el 'Ant-Man' que nunca llegó a dirigir Edgar Wright. O esa 'Liga de la justicia' que no era -pero acabará siendo- de Zack Snyder. La sensación es que esta segunda temporada es un apéndice de la primera, sugiriendo si queremos ser malpensados que pueda tratarse de cumplir con el expediente. Es atractiva, entretenida, intrigante. También estimulante. Pero ni es valiente, ni es atrevida, ni parece que quiera comerse el mundo. Es más como el último día de trabajo en una empresa: Quieres dejar un buen sabor de boca...
... pero la realidad es que cerrarás la puerta al salir. Y a otra cosa, mariposa.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Son siete episodios de 25 minutos. Se ven de una sentada con alegría y aunque no tengan el mismo encanto que los de la primera temporada, sí son un buen sucedáneo de la misma. Y para dar carpetazo a la serie está bien, dado que visto lo visto no creo que vayan a producir más episodios.