'El vientre del mar' - Apostar o morir
'El vientre del mar' es un basado en hechos reales al que Agustí Villaronga le mete un buen meneo. Gane o pierda, guste o disguste, al menos Villaronga apuesta por hacer algo que además, sea algo distinto a lo habitual intentando que pintura, literatura, teatro y cine convivan en armonía en una sola unidad y dosis.
Una producción por descontado arriesgada, de todo menos convencional y sobre todo poco condescendiente con el espectador que paso a paso se va haciendo a la mar, creciéndose y haciéndose fuerte conforme van pasando los minutos, hasta un total de no más de 75. Cortita y al pie. Sin abusar ni intimidar.
Villaronga acierta al transformar la crónica de un naufragio en el duelo dialéctico y vital de sus dos supervivientes, enfrentados a sus propios reflejos a la vez que unidos para siempre por una experiencia atroz. Las dos caras de una misma moneda que representa a ese hombre enfrentado a su propia mortalidad.
Un acercamiento de corte onírico y poético que no intenta hacer justicia a la realidad, sino a su capacidad y poder de evocación; a esos grandes cuadros frente a los que podríamos pasarnos horas y horas dando vida en nuestra cabeza a cada uno de los cientos de pequeños y no tan pequeños detalles que les dan forma.
Filmada en blanco y negro y de contornos muy plásticos, esta epopeya expresionista se posiciona como una de esas experiencias que demuestran que si el cine está vivo, es porque hay quién lucha por su supervivencia. Gane o pierda, guste o disguste, al menos con 'El vientre del mar' Villaronga apuesta por ello.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex