'Eiffel' - Entre el deber y el placer
'Eiffel' es una solvente y distinguida producción francesa inspirada en hechos reales que se encuentra dividida entre el deber y el amor: Entre la creación de la Torre Eiffel y la vida de su creador, marcada por una relación sentimental con una tal Adrienne Bourgès. Por descontado, la primera resulta mucho más vibrante y estimulante que la segunda, a menudo bajo la sospecha más o menos fundamentada de ser un aditivo comercial que en lo narrativo no resulta esencial. O no tanto como para tener tanto peso.
No es que sea un lastre ni mucho menos, si bien tampoco es casualidad que cuando la película cobra verdadera vida sea cuando se dedica a dar vida al monumento más famoso de París. Ahí es cuando 'Eiffel' brilla como una superproducción de corte clásico que logra sortear la desventaja principal de este tipo de relatos: Jugar con las cartas marcadas. La Torre Eiffel existe, tan cierto como que a una historia no se le debería de juzgar tanto por su capacidad de sorpresa como por la habilidad con la que está contada.
Y la de 'Eiffel' se transmite a la perfección, con o sin una historia de amor que distrae o relaja más que molesta y en cualquier caso, con la complicidad de un siempre carismático Romain Duris y de un impoluto acabado audiovisual de primerísima categoría. Martin Bourboulon se aplica como buen artesano en potencia, y ofrece un trabajo enérgico y tan sólido como la propia Torre Eiffel, en una película que cumple con la debida dignidad que cabe pedirle a una producción que pretende poco más que honrar a su historia.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex