'El menú' es una película de la que resulta difícil hablar, pues cualquier cosa que puedas decir sobre ella parece que automáticamente, en tu cabeza, adopta la forma de un spoiler capaz de arruinar esta curiosa experiencia gastronómica.

Es, por lo tanto, una de esas películas de las que cuanto menos se sepa mejor y cuyo tráiler, por descontado, rara vez no va a revelar más de la cuenta. Basta quedarse con lo más básico, con su (estupendo) cartel por ejemplo, el reflejo de su alma. Vemos una cena distinguida, unos cuantos invitados, una apariencia teatral y un chef (y su séquito). Y de alguna manera, parece que todo se enrarecerá. La gracia, precisamente, está en descubrir (a ser posible por uno mismo) de qué manera y hasta qué punto es capaz de llegar dentro de su espectro -en teoría- comercial.

Esto no la convierte, per se, en una gran película, siendo de hecho una de esas obras cuya cuestionable coherencia interna puede resultar indigesta en un mal día. Al fin y al cabo, ante todo, hablamos de una comedia negra y/o sátira envuelta con elegancia y mala leche que acaba transformándose en una broma (pesada o no) con múltiples y embarazosas lecturas. La más relevante de ellas, no obstante, es que no se trata de un producto gourmet para paladares selectos... aunque sea aconsejable tener algo de morro fino y apetito por nuevos sabores.

Como decía Calvin J. Candie: "Caballeros, tenían mi curiosidad. Ahora tienen mi atención". Eso es lo que mejor define 'El menú', al igual que MasterChef una experiencia algo impostada en donde acaba importando más el espectáculo que la cocina y el subtexto de cada plato antes que el propio plato. Una película "de género fluido", como las que uno podría descubrir en sitios como Sitges pero servida por un cocinero con al menos una estrella Michelín. Sirva de carta su reparto, con un John Leguizamo a la cabeza haciendo pero no haciendo de sí mismo.

Por no destacar a los de siempre. 'El menú', básicamente, es como ir invitado a un restaurante pijo e ir descubriendo, en vivo y en directo, paso a paso y con expectación casi infantil, toda la parafernalia del llamado "buen comer". Puede que prefieras una hamburguesa con queso, o que una hamburguesa con queso (bien hecha) te satisfaga más el paladar. Pero no tiene más misterio, siendo que 'El menú', si merece la pena, precisamente, es por el misterio que la rodea. Porque te sacie o no, jamás podrán quitarte esa curiosidad por saber cuál iba a ser el siguiente plato.

Por favor, no coman. Degusten.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex