Edward, un aspirante a actor con neurofibromatosis sin éxito profesional ni social, se somete a una operación para cambiar su aspecto. El nuevo Edward es, a simple vista, Sebastian Stan. El hombre ideal. Un triunfador. Pero el reencuentro con una antigua vecina y la aparición de un misterioso desconocido también con neurofibromatosis comienzan a resquebrajar esa fachada...

Puede que sea por el logo de A24 que las antecede, pero 'A Different Man' me recordó bastante a 'Dream Scenario'; en especial, porque ambas recurren a un ingrediente fantástico tangencial para desarrollar sus respectivas tesis sobre la obsesión por las apariencias. La solidez de ambas es indiscutible en cualquier caso, siendo comedias negras en las que todo está rematadamente bien.

Es quizá el problema de 'A Different Man', sátira alegórica con reminiscencias claras al cine de los 70 en el que todo es tan fluido y orgánico, en el que todo está tan bien y funciona tan bien que no hay nada que nos impresione o sorprenda. Como si de alguna manera, todo estuviera tan en su sitio y fuera tan natural que lo notable parece, simplemente, algo normal y cotidiano.

Casi lo mínimo exigible. Lo lógico. Lo que tiene que ser, porque así es.

No deja de ser curioso cuando precisamente la película, con ecos a la obra de Charlie Kaufman, gira en torno a la identidad, la apariencia y la normalidad, lo que a su vez la víncula espiritualmente con 'La sustancia'. Y es que 'A Different Man' podría ser otra canción del mismo album. Una con marchamo a ese clásico del rock atemporal que tanto hemos escuchado que ya no parece especial...  

... siendo esto, de hecho, lo que la convierte en un clásico atemporal.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex