¿Y si la próxima novela que leyeras revelase el gran secreto de tu vida?

Casi todos guardamos algún secreto que casi mejor que no saliera nunca a la luz, y que si algún día lo hiciera podría causar daños irreparables. Ya fuera justo o no que saliesen a la luz, ya fuera merecido o no el daño causado, tanto en tu persona como sobre todo en aquellas que te rodean y a las que de alguna manera les afecta, directa o indirectamente.

Es lo que le sucede a Cate Blanchett en 'Disclaimer*', thriller psicológico al que Leila George carga de erotismo como la juventud carnal de su protagonista. Baste un vistazo a su cartel para saber quién está detrás de todo, aunque como marcan los cánones del suspense habrá que esperar hasta el último episodio para poder enfrentarse a "toda" la verdad.

Una serie que, en verdad, vista del tirón, parece más una película en siete partes como bien asegura un Alfonso Cuarón que ha tenido libertad absoluta como productor, guionista y director. "Una película" que en su conversión "a la televisión" acaba compartiendo, en gran medida, bondades y asperezas con otra serie reciente de Apple TV+ con sabor a celuloide.

Me refiero a 'Presunto inocente', otra impoluta e incluso notable serie en lo formal, actoral e intencional que se regodea y apacigua para estirar en exceso una historia a la que el superávit de metraje no le aportan una mayor profundidad o riqueza. Una historia, por otro lado, de tintes efectistas a la que Cuarón se enfrenta más como artesano que como autor. 

Con (buen) gusto y una solvencia ininterrumpida, pero también con esa molesta sensación de estar recorriendo su pomposa, suntuosa y retorcida narrativa no lineal de arriba a abajo con el freno de mano echado. No habría tantos reparos si no fuera porque, al igual que en 'Presunto inocente', esto redunda en una intensidad irregular, variable e inconsistente.  

En este punto me viene a la cabeza 'Perdida', y la maestría en aquella de David Fincher. Cuarón no logra enmarcar con tanta agresividad y contundencia autoral un superventas comercial al que también le pesa cierta obviedad. Hay giros, pero no tantas sorpresas, y al final uno siente que no hay tanto diferencia entre, por ejemplo, 'Aguas profundas' y 'Disclaimer*'.

La hay por supuesto, y además mucha. 'Disclaimer*' es mucho mejor a todos los niveles, pero transmite la misma sensación que 'El asesino' respecto a 'Perdida': ser una obra altamente sólida con momentos brillantes con la que el autor de 'Gravity,' sin embargo, parece resignarse a hacer contenido en lugar de arriesgarse a marcarse un buen Coppolazo.

'Disclaimer*' sigue siendo una notable (mini)serie, si cabe aún más respetable y apreciable que 'Presunto inocente'. Pero su disfrute constante y no coyuntural está sujeto a su relativa falta de ambición, y a una a ratos enérgica y vibrante narrativa algo diluída en siete episodios que frenan una película en potencia mucho más intensa, efectiva y contundente.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex