'Cruel Summer' - Está la verdad, y la verdad
Nada es lo que parece.
Probablemente lo hayan leído unas cuantas veces acompañando a la promoción de una película, serie o novela. Y es algo que por más tópico que pueda ser, le va como anillo al dedo a 'Cruel Summer', un cruce entre thriller, drama y relato adolescente con una estructura narrativa avasalladora que haría las delicias de alguien como el Oriol Paulo que hace cine. Para situarnos: La serie narra lo sucedido a lo largo de los veranos de 1993, 1994 y 1995 en una pequeña localidad norteamericana. Lo que vendría a ser el antes, el durante y el después. Saltando de uno a otro, indistintamente y sin solución de continuidad, incluso a veces de manera atropellada. Como si fuera una de Christopher Nolan.
Y por si fuera poco, además, lo hace a través de dos puntos de vista totalmente enfrentados, los de dos adolescentes a las que las circunstancias, propias y ajenas, han convertido en enemigas. La idea es clara: Situarnos justo en medio de un conflicto donde la verdad, al igual que sucedía en 'The Affair' (o en la vida misma), depende de cómo la mires. O de cuanto hayas podido mirar. O de cómo quieras mirarla. Una dinámica que resulta contundente a la par que adictiva, en una serie que engancha (y mucho) por la arrolladora agilidad y la sobrada solvencia con la que desarrolla en paralelo tres líneas temporales que se enriquecen con el continúo contraste entre todas ellas.
Una estructura no lineal que mantiene muy viva y en constante movimiento a la serie, en una especie de bola de nieve cuesta abajo que arrasa con todo, por más que no resulte igual de interesante en todos sus frentes. Ni en todos sus giros, a menudo sustentados en clichés que no obstante funcionan a la perfección en base a este efecto bola de nieve del que cuesta bajarse a mitad de camino. En ese sentido, 'Cruel Summer' despierta una tremenda curiosidad en torno a un misterio que episodio a episodio se desenvuelve revelando, sobre todo, que sus personajes son más de carne y hueso que los habituales adolescentes (y adultos) que pueblan las ficciones del estilo a 'Riverdale'.
Y es que a diferencia de ese tipo de series tan estéticas (pero vacías), desde la distancia 'Cruel Summer' podría resultar perfectamente creíble como una posible historia real "que supera a una ficción" repleta de giros, en donde la verdad es interpretable... y nada es lo que parece. Todo ello servido con una claridad expositiva más que notable que permite identificar cada línea temporal, sin necesidad de constantes anotaciones a pie de página ni de innecesarias transiciones que inviten a la relajación del espectador más perezoso. Porque no es una serie difícil de seguir, pero sí es evidente que exige estar muy presente para poder mantener fresco en nuestras cabezas el plano de situación.
'Cruel Summer' es una serie "de adolescentes" apta para seducir a toda clase de públicos con una estructura narrativa que da forma a un thriller de suspense altamente estimulante. Y sobre todo, altamente adictivo. Como debe ser por encima de cualquier otra cosa toda serie que se quiera querer. Una especie de cruce entre 'The Affair' y 'The Act' con un toque a la 'Perdida' de David Fincher al que si bien le podemos achacar según que cosas, como alargarse algo más de lo que debería, un cierto halo a telenovela o algunas actuaciones francamente mejorables, se sobrepone con contundencia a través de una dinámica argumental equiparable a estar en un encierro de los Sanfermines.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex