'Club Zero' - Comer o no comer
Pura y muy puta ambivalencia.
'Club Zero' es la máxima expresión del choque entre la razón y el corazón, el amor y el odio hacia una película concebida para provocar controversia y opiniones encontradas. Es evidente que se trata de una película con ganas de llamar nuestra atención, atrayendo como mínimo nuestra curiosidad gracias a la enigmática mesura críptica con la que se sienta a la mesa.
Pero, una vez servidos, hay algo que no termina de convencer, y es que Jessica Hausner se "encastilla" en un concepto que acuna con una pacífica e hierática devoción que a lo largo de dos horas resulta tan golosa como algo esquiva y reiterativa. Incluso llegado el caso monótona, echando en falta algún ingrediente que acabe elevendo la receta a la categoría de gourmet.
'Club Zero' se siente un poco como tirar la piedra y esconder la mano. Hausner plantea, insiste y subraya con maquiavélica elegancia y fino humor negro, pero ni desarrolla ni profundiza en una tesis estática y opaca cuyo inmaculado y forzado patetismo estimula y agota a partes iguales. Es, lo dicho, pura y muy puta ambivalencia, tan degustable como a la vez indigesta.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex