'Close' - Esto no se ve todos los días
Que la fe mueve montañas es un tópico manido y dicho hasta la saciedad, como tantos otros. Que la sensibilidad estimula corazones no es algo que se oiga todos los días (quizá sea algo que se acaba de inventar con este texto; no se sabe), pero encierra la misma o más verdad que todos esos clichés parecidos al que inicia esta crítica. Tampoco 'Close' es una película que se vea todos los días, ni Lukas Dhont es un director que nazca todos los días. 'Close' es la brillantez de un talento al pleno servicio de una obra superlativa, donde su director hace todo bien llevando a la película donde tiene que llegar, con una refinería brillante, y embalsamando el corazón en un océano de sentimientos flotantes.
El superdotado director belga logra algo muy difícil que a él le sale prácticamente sin forzarlo: texturizar las emociones contenidas de los personajes, otorgándoles un valor cualitativo muy definido e insuflándoles de una franqueza arrebatadora. Cuando un personaje exterioriza, la información está ahí, pero cuando este calla o fija su mirada, sus sentimientos son un misterio que el director belga sí resuelve. Ya sea una mirada de desconcierto, una cabeza agachada o un llanto contenido, estos estímulos humanos no solo se presencian, sino que se entienden, se interiorizan e incluso se sufren.
Hay aquí un enorme trabajo de dirección de actores y de labor técnica. Es impresionante asistir a cómo transmiten los niños que protagonizan esta película, tanto Gustav De Waele como Eden Dambrine, y perderse entre sus diversiones, sus inquietudes y su estimación de la amistad. Todo esto está en las dos escenas que hay sobre el campo de flores: una proyecta felicidad, inocencia y compañía; la otra, desazón, culpa y soledad. En ese detalle se observa lo calibrada que tiene Dhont la película, que además cuenta con aspectos técnicos que reman en favor de la obra, como la prodigiosa BSO de Valentin Hadjadj capaz de bañar de más delicadeza aún la película.
Es una absoluta maravilla vivir en tiempos de cineastas que potencian una concepción de la amistad como ese tesoro que nunca se quiere perder. Desde Rob Reiner en 'Cuenta conmigo' no se sentía algo así con una película, capaz de generar tanta emoción y cargar de tanto tacto el relato, que cuesta no mirarla a los ojos y no rendirse a sus indomables encantos. 'Close' es la consagración absoluta de su director (algo que no le hacía falta alguna) y un tesoro de incalculable resplandor al que no le va a afectar nada el polvo del paso del tiempo. Es una película imperecedera, inolvidable y extraordinaria, sin exageración alguna. Larga vida a Lukas Dhont y a su cálido corazón.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
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