'Mad Max: Furia en la carretera' - Rumbo al Valhalla
Escribo esta introducción unas 12 horas antes de ver la película, la noche anterior de lo que perfectamente podría ser como la Nochebuena cuando se es crío. Y es que hace tiempo, no recuerdo desde cuando, que no me sentía tan ilusionado y a la vez emocionado por el estreno de una película. Ilusión y emoción que siento prácticamente desde que viera el primer tráiler (y sólo el primero) de la cinta hace ya ni se sabe. Así pues, afronto el visionado de la película con unas expectativas muy altas, siempre un arma de doble filo que puede nublar nuestro juicio a poco que nos dejemos llevar por la "locura del momento"... ¿habrá cumplido las expectativas 'Mad Max: Furia en la carretera', sin duda una de las películas más esperadas del año? La respuesta, a continuación.
Antes de nada... una advertencia, un consejo o una sugerencia, como queráis llamarla: Si ya está convencido de ir a ver 'Mad Max: Furia en la carretera', por favor, deje de leer. A mí, o a cualquiera. Mejor que mejor. Baste decir que el tráiler, cualquiera de los tráilers que se han lanzado, son del todo honestos para con lo que se va a encontrar. Y si está convencido de antemano, muy posiblemente, en un 95% de los casos, le va a gustar. Por lo que es uno de esos casos en los que leer más de la cuenta puede dar lugar a unas expectativas que parezcan, repito, parezcan no ser retribuidas.
Tranquilos, que todas las cosas buenas que hayáis podido leer, posiblemente, sean todas ciertas.
A partir de aquí sólo los indecisos. El resto, simplemente, id a ver la puta película. O ignorarla, así tendréis algo (más) de lo que arrepentiros en vuestro lecho de muerte.
Parezca... o no parezca. Cuando se trata de un título tan esperado siempre hay una cierta tendencia cada vez más extendida hacia el exceso, hacia adoptar posturas absolutas, extremas y enfrentadas sobre lo mucho que se ama/odia una cosa. O contigo o contra ti. Lo hemos podido comprobar hace unos días con 'Vengadores: La era de Ultrón'. Porque, y esta es la realidad, estamos muy sobre-expuestos... tanto para bien como para mal. A la citada película de la Marvel Studios se le ha acusado, mayormente, de ser "lo esperado", de ser "lo mismo", de ser "lo previsto". Y eso parece haber inclinado la balanza, un poco, hacia una apariencia de decepción que, posiblemente, sea relativamente injusta para con la solvencia de una producción en el ejercicio de su deber. Porque al fin y al cabo, mejor o peor, se supone ha cumplido con su promesa como la cumplió la primera, siendo nosotros como espectadores quiénes quizá la veamos de otra manera.
Como cumple con su promesa George Miller, y como la cumple su 'Mad Max: Furia en la carretera'. La cinta básicamente es lo que parece que es: "Lo esperado", "lo mismo", "lo previsible". Eso sí, con varias significativas ventajas sobre producciones del estilo a la(s) de la Marvel Studios, como una fisicidad mayormente desvirtualizada, su personal interpretación "de lo esperado" o su absoluta y desvergonzada libertad. Pero si algo destaca sobre el resto de esta nueva entrega/continuación/actualización (no, no es un remake) es su libertad para ser fiel a sí misma. Para dotarse de ese punto de excéntrica y orgullosa libertad para permitirse el capricho de disfrutar primariamente, dar un paso al frente y no sentirse esclava de las expectativas o exigencias de la audiencia. Un filme que, sin perder de vista su responsabilidad y obligaciones como blockbuster, tiene su alma, su autenticidad. Su integridad para existir al margen de la taquilla. Su orgullo. Sus santísimos cojones.
Miller maximiza los logros de 'Mad Max 2, el guerrero de la carretera', la auténtica, la más pura (y mejor) de las tres anteriores (aunque unos brevísimos flashbacks remitan más bien a la 3ª), de la que recupera su esencia para convertirse en la soñada y respetuosa versión adecuada a los medios técnicos del siglo XXI, glorificando su honor y leyenda pero sin necesidad de rendirse o doblegarse ante su credo. El resultado es, para entendernos, una especie de juego de y para adultos. Como cuando de crío jugabas con los clics fantaseando a saber qué cosas más locas sin necesidad de haber fumado nada de nada. Miller, sencillamente, no lo ha imaginado: Le han dado más de 100 y pico millones de dólares para que no tenga que hacerlo; para que se marche al desierto a orquestar una gran, exagerada, excesiva y loca escena de acción de 120 minutazos, algo que aparentemente ha hecho sin la supervisión de un adulto (responsable). Y así (de buena) le ha quedado esta arrolladora sesión de cine total.
'Mad Max: Furia en la carretera' es simple, directa, honesta, intensa, y un tanto bruta (aunque no rematadamente salvaje ni tampoco truculenta). Es simple, directa y honesta, una intensísima película de acción en bruto capitaneada por dos (buenos) actores, un puñado de chicas guapas, unos cuantos "gañanes del desierto" y muchos, muchos "autos locos" siempre al borde del caos y el desmadre. Siempre al pie del cañón. Un desprejuiciado divertimento por y para fans que ni intenta ni necesita disimular ante nadie lo que es en carne viva y a pecho descubierto: Una (muy buena) película de acción. Dos trepidantes horas para disfrutar de manera visceral, instintiva, como un chaval de una demostración básica pero contundente de músculo, tan agotadoras y a la vez maravillosas como lo puede llegar a ser un polvo. Y no hay nada mejor que echar un buen polvo. Bueno, si, echar un polvazo. Pues bien, 'Mad Max: Furia en la carretera' vendría a ser el equivalente cinematográfico de una sucesión de polvazos.
Gracias George, gracias.
Te has ganado el Valhalla.
Somos testigos.
Y mañana repetiremos, por cierto. Oh, sí, ¡qué gran día!
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Comentarios