'Cherry' - Demasiado joven para morir viejo
'Cherry' es la nueva película de los hermanos Russo, los responsables de haber dirigido 'Capitán América: El soldado de invierno', 'Capitán América: Civil War', 'Vengadores: Infinity War' y 'Vengadores: Endgame'. Por esto son conocidos popularmente los Russo, si bien antes de dar el salto al MCU ya habían dirigido con anterioridad -con más pena que gloria- dos películas, 'Bienvenidos a Collinwood' y 'Tú, yo y ahora... Dupree', así como varios episodios de series de televisión como 'Arrested Development', 'Community' o 'Finales felices'.
Hasta que llegó Marvel Studios, pocos se habían molestado en saber quiénes eran Anthony y Joe Russo. Pero en una de esas decisiones que vistas desde fuera cuestan creer, Kevin Feige les confío la joya de la corona de su franquicia y también la película más taquillera de la historia del mundo mundial. Eso es algo que en los últimos 20 años nadie salvo James Cameron había podido decir. James Cameron, responsable de películas como 'Terminator' (y su secuela), 'Aliens', 'Abyss', 'Mentiras arriesgadas' o 'Titanic'. Casi nada.
En fin, comparen el currículum de uno y otros, y su reacción tras convertirse en los teóricos reyes del mundo: Mientras uno se dedicó a sus labores con toda tranquilidad, los otros se han apresurado en hacer esta 'Cherry', en un claro intento de reinvidicarse. O de justificarse. La sombra de Marvel es tan alargada como la de Feige. Y 'Cherry' es un claro intento por parte de los Russo para demostrar, o intentar demostrar que no son unos peleles, ni de Marvel ni de Feige. Que no son los Pavones que decía en su momento Florentino Pérez.
Un intento apreciable pero fallido que ofrece un resultado desigual y agridulce. 'Cherry' oscila continuamente entre dos o más películas, como si su realizador se estuviera peleando con la propia película para poder dejarse notar. Los Russo no escatiman en florituras narrativas, si bien su aparente heterogeneidad choca de frente con la solidez de narradores como Martin Scorsese, Steven Spielberg o Quentin Tarantino ante los que se sitúan como groupies, primando más el capricho ególatra que un genuino instinto narrativo.
No ayuda tampoco la duración de la película, que esté dividida en capítulos claramente delimitados o que no haga falta mucha mili para como mínimo, sospechar qué va a pasar. Los Russo intentan impregnar de estilo y encanto a esta 'Cherry', forzada a ser y sobre todo aparentar ser algo mucho más grande, profundo y relevante de lo que realmente es. Lo que fluía con sencillez y naturalidad en 'The Old Man & the Gun', lo que bien podría ser su reverso maduro, en 'Cherry' parece impostado. Pero sobre todo premeditado.
Los Russo nunca nos convencen de que la suma de sus partes sumen un todo orgánico, sino que 'Cherry' funciona a arreones y de forma intermitente. Casi como una película de antología. Es fácil verle las costuras a la ambición de los Russo, y con ello a la propia película, una colección de postales que van y vienen sin ser nada particularmente novedoso. Tan fácil como tentador señalar que esta vez no han podido esconder sus carencias tras una avalancha de efectos especiales o la figura paternal de un productor como Kevin Feige.
Los Russo lo intentan y le ponen ganas. Y a decir verdad 'Cherry' no es en absoluto una mala película. Pero sí es una película "hinchada" y con excesivas ganas de resultar "cool" que en vez de reposar, con humildad, en los hombros de Tom Holland depende en demasía de unos efectistas arranques de orgullo que alimentan su inseguro y aleatorio postulado narrativo. Como el político más pendiente de promocionarse a sí mismo que a su política. Y el resultado es una película dispersa y agotadora que además siempre recuerda a otras.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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