'Carnival Row' - Una fantasía de este mundo
No me resulta para nada extraño que 'Carnival Row' se concibiese originalmente como una película. Porque de igual modo que tengo la clara impresión de que 'Érase una vez en... Hollywood' funcionaría mejor como una serie de televisión a lo 'Demasiado viejo para morir joven', también tengo la clara impresión de que 'Carnival Row' funcionaría mejor como una película de dos horas y pico.
Eso, al igual que en el caso de la película de Quentin Tarantino, no quiere decir que no merezca la pena como lo que ha terminado siendo... aunque sea justo lo contrario: Si en aquella, a pesar de los pesares, parecía que todo estaba relativamente comprimido y/o nos quedábamos con ganas de más, en 'Carnival Row' todo parece estar diluido y/o nos quedamos con ganas de menos.
En esencia, 'Carnival Row' es un thriller de suspense ambientado en la época victoriana dónde los humanos del escalafón más sufrido de la sociedad han sido sustituidos por criaturas fantásticas. Una producción del estilo a a lo que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Jack el Destripador, para entendernos, sólo que con monstruos de fondo... como corresponde, también en nuestras cabezas, a una historia concebida inicialmente con la idea de que fuera dirigida por Guillermo del Toro.
Es un detalle, y como tal aporta lo suyo, en busca de un valor diferencial que sin embargo no acaba teniendo tanto peso como debiera. En realidad con 'Carnival Row' pasa lo mismo que con muchas de las replicas surgidas a la vera de algún gran éxito que intentan emular, más si cabe en un mundo en el que las plataformas de streaming nos ahogan con más horas de contenido de las que un humano puede abarcar en toda su puñetera vida: Todo es tan bonito como un sueño que parece que ya hemos tenido.
Dicho de otra manera, aunque 'Carnival Row' sea demasiado dispersa para la historia que propone, con la consiguiente pérdida de intensidad que eso conlleva, no deja de ser una producción muy correcta, tanto como esas producciones "de estudio" que han pasado por tantas manos que si fueran patatas serían unas Pringles. Le falta, porque le falta ya no sólo ese punto de intensidad que ha apaciguado un formato, de ocho episodios de cincuenta y pico minutos cada uno, más impuesto que necesario.
Su acabado es inmaculado, dignísimo de una época post-Juego de tronos y a juego con la propia serie. Porque en general todo en 'Carnival Row' es rematadamente inmaculado, pero para nada asombroso. Puede que sea su falta de personalidad, o puede que sea su contención. O puede que sea que simplemente estemos demasiado saturados "de originales" que nos puede la ambición de encontrar un nuevo mundo que impulse nuestra imaginación allí a dónde no es capaz por sí misma.
La ambición, que en el caso de 'Carnival Row' es una fachada muy competente pero carente de ese riesgo que por ejemplo, ha hecho grande a 'The Boys'. Esta desafía al espectador, incluso pone en tela de juicio su escala de valores de manera harto estimulante; 'Carnival Row' sin embargo es como un paseo en una atracción de feria: Un riesgo demasiado controlado como para resultar verdaderamente estimulante. Se deja ver, es competente. Pero sigue siendo una fantasía de este mundo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex