'Atómica' no es la versión femenina de 'John Wick', aunque además de director compartan un mismo espíritu: La recuperación de un tipo de cine de acción eminentemente físico dónde los efectos digitales pasen desapercibidos. De un (buen) cine de acción, protagonizado por personas de sangre y hueso en lugar de monigotes digitales y orgulloso de serlo que, a diferencia de las películas protagonizadas por gente como Scott Adkins, y que sostienen el cliché de la acción directa a vídeo a lo Michael Dudikoff, exigen el mismo respeto del que pueden gozar los géneros más ilustres del firmamento cinematográfico.

'Atómica' se vale, o lo intenta al menos, de los mismos valores de 'John Wick' de los que tan buen provecho sacó su estupenda secuela. Valores que podemos resumir en la misma idea que ha sostenido la carrera de gente como Jackie Chan: La acción es como un baile que ha sido diseñado de cara al espectador, y que por lo tanto, tiene que verse. Resulta curioso que hoy en día, dónde prima el movimiento epiléptico y el montaje alocado, una película como 'Atómica' pueda suponer una especie de refresco por valerse de algo tan práctico y sencillo que, casi casi, es lo primero que enseñan en una escuela de cine.

No por casualidad David Leitch, co-director de 'John Wick', director de 'Atómica' y futuro responsable de 'Deadpool 2', trabajo previamente como especialista y coordinador de dobles. Ese mimo, esa conciencia en el tratamiento de la acción se extiende además a toda la película, no sólo a la acción, en otro de los muchos valores que hacen de 'John Wick' un clásico moderno del cine a secas: Que una película de acción lo es tanto por las escenas de acción, como por las escenas en las que no hay acción. O dicho de otra manera, que una película de acción es como una película... que además, tiene acción (la justifique o no).

'Atómica' es una estilizada, elegante y muy cuidada cinta CON acción fundamentada en estos valores que no obstante, y a pesar de ellos, se ve lastrada principalmente por un guión farragoso e innecesariamente enrevesado. Tal vez, precisamente, a causa de estos mismos valores, en su intento por dignificar y acercar el cine CON acción a todos los adultos, provocando así un curioso contraste entra la claridad de su violencia y lo confuso de su desarrollo. O el difícil equilibrio del thriller que corre el riesgo de quedar justo en medio, como el jueves, de lo uno y lo otro sin satisfacer ni convencer a nadie en especial.

Quizá sea esto lo que, a su vez, provoca que una cinta tan cuidada, y tan estética parezca un artificio que, además, se cree más guay de lo que realmente es como por ejemplo denota el adorno poco orgánico y gratuito de su apabullante selección musical. Y lo que a su vez provoca esa constante sensación de que el filme no termina de ser un primer montaje a pesar del entusiasmo de Charlize Theron y de un James McVoy aún pensando en 'Múltiple'. Grandes valores fundamentales, a lo bruto y sin pulir como en 'John Wick: Pacto de sangre', tal vez por un aprecio y orgullo desmedido carente de auto-crítica hacia los mismos.

Porque no lo olvidemos, aunque 'Atómica' sea una cinta CON acción no deja de ser una cinta DE acción, siendo allí dónde brilla. El resto aunque se vista de Prada, es paja más o menos convincente. Y allí es dónde esta apreciable pero insatisfactoria película termina siendo un bonita aunque un tanto pesada excusa para un eso sí, soberbio plano secuencia CON y DE acción. La comunión perfecta de los valores que se pretenden ensalzar fusionando a lo largo de 5 "atómicos" minutos el arte de las hostias con el arte de lo cinematográfico. El resto, unos 100 minutos, se quedaran fuera del vídeo en YouTube.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex