'Amanece en Samaná' - Lo vamos viendo
Por planteamiento, 'Amanece en Samaná' recuerda un poco a 'La ternura'. Ambas están inspiradas en sendas obras de teatro que se desarrollan en una isla y cuentan con un leve toque fantástico. Lo justo para desarrollar su historia. En el caso que nos atañe, la de una mujer que tiene la oportunidad de comprobar, en vivo y en directo, hasta qué punto una pequeña decisión en un momento dado puede ser determinante para un futuro aún así compartido.
El resumen en cualquier caso es más o menos fácil: intercambio de parejas. Bárbara Santa-Cruz empieza casada con Luis Tosar y, por cosas de esas que pasan en el cine, después despierta y lo está con Luis Zahera. En la práctica 'Amanece en Samaná' es una comedia ligera de enredo que, no obstante, poco a poco se vuelve algo más solemne, dramática y existencial, siendo que no está del todo bien encauzado el tono. Ni tampoco la presencia de Charles Dance.
Aun sin perder la ligereza, en su segunda mitad 'Amanece en Samaná' se pone algo más seria, lo que rebaja el agradable y simpático impacto de un tramo inicial durante el que su base teatral resplandece de la mano de los citados Luis Tosar y Luis Zahera. Un tramo durante el que se muestra alegre, juguetona y también trivial de una manera tan relajada como efectiva. Pero claro, 'Amanece en Samaná' quiere ser algo más... más relevante, más transcendente.
Una inquietud que redunda en un segundo tramo que, como suele ocurrir en el cine comercial, ya no es tan alegre ni juguetón. Se siga dejando ver fácil y cómodo, y no impide que en su conjunto 'Amanece en Samaná' sea una producción satisfactoria. Pero, dado el envoltorio y su escasa perspicacia, hubiera ganado abandonándose a la diversión que rima con cinco y seguir de vacaciones como sin duda, lo estaba Charles Dance durante el rodaje.
Porque a Charles Dance, digo yo, se lo debieron de encontrar por allí de casualidad...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex