Es muy pronto... demasiado pronto. Quizá no para contar la noticia, pero sí para que la vida y el tiempo le hayan permitido adquirir perspectiva y volumen. Las intenciones de 'Al descubierto' son tan claras como evidente es su mecánico postulado, lo que deriva en un discurso en el que su inherente buenismo institucional unido a su evidente y rutinaria narrativa dan forma a una película, en resumen, cuya simulada transparencia se siente impostada.

Es más un compromiso que fruto de la inspiración. Un discurso sepultado por la simpleza y obviedad de unas revelaciones programáticas y una distante solemnidad que apenas admiten margen para cualquier tipo de disidencia. Es, en líneas generales, lo que podría ser la escenificación cinematográfica de lo que se considera el "mansplaining". Algo así como "filmsplaining", lo que podríamos deducir en base a lo que podríamos dar por sentado. Ninguna sorpresa.

'Al descubierto' cuenta una historia que parece que no ha querido o no ha podido entender; quizá, porque es pronto para contextualizarla y proyectarla más allá de su oportunismo inmediato. El "porque yo lo digo" de los padres a sus hijos, resuelto además con el mismo infantilismo de quien no admite debate ni la existencia de una escala de grises. Una verdad que aunque pueda ser verdad, suena a populismo barato en manos del político oportunista de turno.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex