'A la caza del amor' - Dime quien es
'A la caza del amor' es una producción de la BBC, y como marca el canon, a nivel formal es una serie impecable cuya solidez y solvencia están fuera de toda duda. Partimos de esa base: Un relato de época de la BBC nunca va a estar mal, o nunca va a parecer que lo está. La pregunta más bien, es si está por encima de su apariencia, hasta qué punto lo está, o hasta qué punto está por encima de otras producciones británicas, ya sean de la propia BBC o no.
Aunque las comparaciones son a veces odiosas y a menudo innecesarias. Con o sin ellas, 'A la caza del amor' es y seguirá siendo una buena miniserie británica, típicamente británica que satisfará al público habitual de este tipo de relatos sobre los pijos de época, rara vez preocupados por como llegar a fin de mes. Este tipo de relatos de época, que además de dicho aspecto formal inmaculado, poseen también un encanto innegable y atemporal.
Como el western, para quien guste del género. Sean bien avenidos los tics que forjan su carácter, película a película, serie a serie. Y a fuerza de insistir, como si ya fueran de la familia. Y con la novedad de su parte, el primer episodio de 'A la caza del amor' es el mejor. Es en el que parece que Emily Mortimer, en su doble faceta de guionista y directora, intenta aflojar el corsé de la apariencia y añadirle al género un agradable e impredecible punto de extravagancia.
Parece o intenta, más luego sólo lo parece o intenta de vez en cuando. Luego uno se acostumbra o se acomoda, la propia Mortimer, y se deja llevar por lo escrito por Nancy Mitford, casi como si fuera una impecable relato de época tan digno de la BBC como del reparto que le da vida. Un impecable, sólido y solvente retrato de una joven "a la caza del amor", una romántica empedernida condenada a vivir una vida en virtud de ese irredento ideal romántico.
Y así es también en su conjunto 'A la caza del amor', una miniserie que en la línea de 'Dickinson', 'The Great' o 'Las mujercitas' de Greta Gerwig aporta, aunque de manera más discontinua e intermitente, una entonación algo más actual a un relato que no obstante se mantiene vigente a través de su respetuoso clasicismo. En manos de Mortimer el relato alguna vez asoma la cabeza por encima de su apariencia, pero sin llegar a mantenerse por encima.
Es y seguirá siendo una buena miniserie británica, típicamente británica que satisfará a su público habitual, por más que de principio a fin no esté por encima (aunque tampoco por debajo) de otras producciones británicas de época como 'Belgravia', la cual no obstante contaba con el doble de tiempo. Quizá sea ese su único verdadero pero, que se siente tan maniatada, cohibida y reprimida por tan sólo tres episodios como la propia Linda Radlett por su padre.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex