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'7500: Avión secuestrado' - Capitán Gordon-Levitt

Vía El Séptimo Arte por 19 de junio de 2020
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Cortita y al pie: '7500: Avión secuestrado' es una especie de cruce (conceptual o espiritual) entre el 'United 93' y el 'Capitán Phillips' de Paul Greengrass, el 'The Guilty' de Gustav Möller y el 'Buried (Enterrado)' de Rodrigo Cortés. O algo que se le pueda parecer, para entendernos.

... pero sin el nervio y el pulso de las de Paul Greengrass.

... pero sin la solidez y solvencia narrativa de la de Möller.

... pero sin el ingenio y fuerza audiovisual de la de Cortés.

Así escrito no suena demasiado bien, cuando en realidad no es exactamente así. Cuando en la realidad las cosas no tienen por qué dejar de ser así. Es lo que tiene, o lo que se supone que tiene la realidad: La inmediatez y cercanía de esas "cosas que pasan", habitualmente, sin el glamour o la elegancia que puede llegar a imprimirle una buena ficción realizada con premeditación y alevosía.

'7500: Avión secuestrado' está planteada como si Joseph Gordon-Levitt fuera el de 'Mi cámara y yo', en una inmersión narrativa que por supuesto se produce en (aparente) tiempo real. Como debe ser cuando como es el caso, el planteamiento acaba siendo la historia, y con ella, en la película en sí misma. En busca de ese realismo de quien como un testigo privilegiado, está como si no estuviera.

Está... como si no estuviera pero sin dejar de estar, porque está. Como estar, está ese -por momentos- estremecedor realismo de 'United 93'; como estar, está ese aguerrido -a su pesar- individuo de 'Capitán Phillips'; como estar, están el minimalismo y la economía de medios de 'The Guilty' y 'Buried (Enterrado)', respectivamente. Y por supuesto están esos 90 minutos que no se hacen largos...

... pero tampoco tan intensos. No tanto como deberían, o como podrían ser.

O no tan constantes porque en realidad, esa intensidad sí existe por momentos. Por momentos, no siendo uno de esos momentos un tramo final que reduce la intensidad que hacia la mitad sí había logrado crear. Y es que allí dónde 'United 93' o 'Capitán Phillips' se hacían aún más grandes, con sendos finales que se nos clavaban como agujas en los ojos, '7500: Avión secuestrado' tan sólo acaba.

Eso es lo malo de la por otro lado más que apreciable ópera prima de Patrick Vollrath, que a pesar de sus evidentes bondades -no es fácil mantener la atención durante 90 minutos con una premisa tan sencilla- es incapaz de trascender más allá de dichas bondades. Dicho de otra manera, apreciamos la película porque resulta objetivamente respetable y honesta, objetivamente cercana y humana.

Pero no tanto subjetivamente. El respeto surge de lo cerebral, no de lo emocional. Y esa conexión emocional es lo que marca la diferencia, como bien sirve de ejemplo el apoteósico final de 'Capitán Phillips'. El instinto o el nervio de Paul Greengrass marcan la diferencia respecto a '7500: Avión secuestrado', que a pesar de sus agradecidas bondades siempre quedará relegada a la clase turista.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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Comentarios

  • Avatar de darth
    darth 13 de Agosto de 2020, 08:09:23 AM
    Lo interesante de esta peli  dura 20 minutos, luego es un desproposito aburridisssssiiiimmmo, con unas actuaciones bastante penosas, un consejo antes que este truñaco revisionar Aterriza como puedas  por lo menos no perdereis el tiempo y alguna sonrisa os sacará.

    2.5/10