¿Se acuerdan del estreno el pasado mes de noviembre de un filme como 'La gran aventura de Winter el delfín'? Pues esta "aventura extraordinaria" de título tan difuso básicamente es harina del mismo costal, para que nos entendamos, cambiando un delfín sin cola por tres ballenas atrapadas en el hielo de Alaska. Al igual que lo era aquella estamos ante una nueva "feel good movie" plana y previsible, una producción concebida, diseñada y perpetrada para hacer sentir bien a un público poco ambicioso y eminentemente familiar al que sirve a través de un mensaje tan inocuo, banal e inocente como el blanco del hielo donde se desarrolla la acción. ¿Acaso ofende? No debería, dado que no se le puede negar cumplir con sus objetivos con cierta honradez. Y quien se pica ajos come, porque la película al igual que el algodón no engaña: es lo que parece.Basada en el libro “Freeing the Whales”, escrito por Tom Rose e inspirado en un hecho real, la cinta cuenta la historia del reportero local Adam Carlson (John Krasinski), a quien decidido a irse de Alaska en busca de horizontes más prometedores se le presenta la primicia de su vida: tres ballenas atrapadas en medio del hielo sin apenas posibilidad alguna de sobrevivir. De pronto entre otros un magnate del petróleo, algún que otro jefe de Estado, la guardia nacional y varios especialistas, científicos, activistas y periodistas hambrientos de protagonismo aparecen en el helado pueblo de Barrow, el mismo que por cierto ya sirvió de marco para la mucho más sangrienta (y estimulante) '30 días de oscuridad', y con alguna que otra cara de "me suena" convocada para la ocasión por, suponemos, el amor al verde del medio ambiente (y del dólar). Entre todos destaca Rachel Kramer (Drew Barrymore), acérrima ecologista de Greenpeace y que casualmente, sólo casualmente, resulta ser también la ex novia del protagonista (o ser la verdadera protagonista, en realidad, que para algo también produce y es la que llora en pantalla mientras Krasinski se pasea todo el rato con una cara de indiferencia que causa... ¿indiferencia?).
El tiempo se acaba y Rachel y Adam deben convencer a una extraña coalición formada por miembros de la comunidad inuit, empresas petroleras, algún que otro cuerpo de estado norteamericano, otros que simplemente pasaban por ahí y no tenían nada mejor que hacer en la vida, y al mismísimo Presidente Ronald Reagan, Ronie para los amigos, quien obligado por las circunstancias incluso se ve obligado a telefonear a su buen amigo el Secretario General Soviético Mijaíl Gorbachov, Gorbi para los amigos, para que olviden sus diferencias y liberen a las ballenas a través de una alianza de la que debería de haber tomado buena nota Zapatero para su, ejem, Alianza de Civilizaciones. Y como podéis comprobar hasta aquí más o menos me he limitado simplemente a valerme de este recurso tan zafio de tomar prestado el argumento oficial de la cinta para que, tras un retoque por aqui otro por allá, me sirva de relleno a una crítica tan irrelevante como lo es la propia película... algo que no debiera de ofender a nadie que de igual manera que con la película no quiera sentirse ofendido. En su mano queda, no en las nuestras.
Tal y como escribí en su momento en relación a 'La gran aventura de Winter el delfín', porque tanto monta que monta tanto, 'Una aventura extraordinaria' es una producción formulista a la que se la ve venir desde lejos, prácticamente desde donde podamos localizar el horizonte más lejano a nuestra posición y que ha sido medida con tiralíneas (a pesar de valerse de un hecho real) para cumplir como no más que un efectivo (e inocente) pasatiempo a ser digerido preferiblemente en y para toda la familia. Otro filme concebido al amparo de la partidista formulación de una serie de típicas y tópicas operaciones matemáticas que convencerá a todo aquel que salga convencido de casa y predispuesto a ser manipulado por una producción de la que quejarse amargamente evidencia una ausencia total de sentido común a la hora de escoger qué ver. No obstante, conviene matizar y a diferencia de 'Winter', que aquí los animales protagonistas son más bien secundarios y apenas aportan nada más que el hocico saliendo del agua para respirar, más una excusa que un animal con voz y voto en la historia como pueda ser el simpatiquísimo Cosmo de 'Beginners (Principiantes)' dentro de un relato que además hace más hincapié en el drama (light) que en la comedia (aunque el personaje de Ted Danson cueste creérselo...).
Lo cierto es que aun siendo una película realizada en punto muerto esta funciona como pretende funcionar, dentro de lo que cabe, si bien puede que no lo haga gracias al talento depositado en ella: sirva de ejemplo que está dirigida por un tal Ken Kwapis, quien entre cuyos créditos encontramos filmes como 'Hasta que el cura nos separe' o 'Qué les pasa a los hombres' que no harán mucho en favor de que su nombre merezca ser recordado al finalizar esta misma frase. A falta de talento, aptitudes o posibilidades 'Una aventura extraordinaria' se hace valer a través de su sencilla y simple franqueza. No es nada del otro mundo, no encontramos nada en ella que merezca la pena como tampoco verdaderos motivos para condenarla por unos pecados que en todo caso son inherentes al producto. ¿Qué puede resultar molesta o irritante? Por poder puede de la misma manera que por poder puede que yo me haya auto plagiado la crítica que hice de 'La gran aventura de Winter el delfín' para la ocasión. ¿Acaso importa? A mí desde luego, que me ha servido para tardar menos en escribir todo esto que lo que dura la película, ni lo más mínimo...
Nota:
5.95
por Juan Pairet Iglesias
Mercadona o Carrefour?
Respecto al reparto digamos... Aceptable.
Como película familiar puede valer, por eso:
Nota: 5,5.
Y eso lo resume todo. Por valer, puede valer.