¿Es posible que ‘Turbo’ sea la peor película de DreamWorks Animation? A bote pronto… no sólo es posible, sino que además es probable. O como si lo fuera, para entendernos, tan (in)digna como cualquier otra (in)digna de ocupar tan poco envidiable (y relativa) posición. ‘Turbo’ se monta en el vagón de cola del gigante de la animación digital norteamericana, el mismo en el que han viajado rumbo al olvido títulos como ‘El espanta tiburones’ o ‘Vecinos invasores’. Y es que estamos ante uno de los filmes más rancios, inocuos y desaboríos que han ofrecido sus ordenadores desde que estos están enchufados a la corriente. El tipo de filme del que, dejando aparte su ya casi obligatoria calidad técnica, irrefutable, lo mejor que se puede decir es que revaloriza a otros filmes…Ahora que el cine de animación ha dejado de ser una excepción casi anual como cuando Disney reinaba en solitario (y sin prácticamente competencia) durante los años 90, se hacen más evidentes que nunca los mecanismos y recursos que rigen su propia idiosincrasia como género, especialmente cuando se abusa de ellos. De un tiempo a esta parte no hay, prácticamente, un mes en el que no se estrene una cinta de animación por ordenador, principalmente por ordenador. Se trata de una manera tan reconocible de hacer cine que, a los ojos del espectador y de igual manera que, parece, a los ojos de muchos de sus productores, parece un género en sí mismo… especialmente cuando en muchos casos nos encontramos con producciones cuyas expectativas creativas se reducen a una idea, más no a una verdadera historia que aporte más fundamento a sus pixeles que el mero hecho de existir.
Ocurre, no obstante, como en pongamos por caso comedias o thrillers, en el que a partir de una idea más o menos brillante se desarrolla, para entendernos, lo mismo de siempre. En el caso de cualquier producción relacionada con el humor, uno de los grandes recursos es el de lo que yo llamo “pez fuera del agua”, que sin ir más lejos es del que se vale ‘Turbo’. El concepto es tan básico como para que se le pueda ocurrir a un niño: un caracol anda muy despacio… ¿te imaginas que pudiera ir muy rápido? Ese es el germen de ‘Turbo’, lo dicho, si bien a partir de ahí lo que se presupone sería su historia es un compendio de lugares comunes adornados con una técnica exquisita, voces de famosos y algún que otro hit famoso y reconocible. Por desgracia, en ocasiones, lo que algunos llaman hacer cine cuando en realidad se trata de un producto.
Como siempre, no obstante, defendamos la valía de un modelo que no tiene por qué ser original, baste con estar reproducido con alegría y energía, con decisión y buena letra. Léase, para no irnos más lejos, ‘Los Croods’, un filme que a ojos de un servidor estaba simplemente bien que, como decía en la introducción, se ve revalorizado por ‘Turbo’… en detrimento de la propia ‘Turbo’, a la que en cierto sentido las bondades de ‘Los Croods’ perjudican. Porque la masificación de productos de la misma índole reflejan (y castigan) con mayor brillo las imperfecciones de un modelo industrial que empieza a agotarse. La excusa del cine para todos los públicos y/o familiar, un canto a la soltería, no siempre tiene por qué valer a los bolsillos de unos padres que confunden el recuerdo de unas y otras, como quien no recuerda cuál fue la hamburguesa que pidió la última vez.
Me había prometido a mí mismo no hacer mención a Pixar… pero me es inevitable aunque sea de forma indirecta: el año que viene podría ser el primero desde 2005 en el que no estrenen película. ¿Es eso necesariamente malo? DreamWorks parece, o da la sensación, de ser esclava de un plan de producción que exige al menos dos estrenos por año, lo que tal vez ha podido condicionar sobre manera la calidad de un filme como ‘Turbo’, visualmente muy logrado (y en el que ha colaborado el director de fotografía de Christopher Nolan) pero al que le falta mimo, cariño y amor. Porque por lo demás es de lo más convencional y predecible, está repleto de los tópicos del cine de animación (como género) y carece de auténtico humor. Aunque lo peor, sigue siendo lo estúpido, tramposo e inconcebible que resulta su argumento, el mismo al que el ingenio se le acabó con el “Va un caracol y derrapa…”.
Nota:
4.0
por Juan Pairet Iglesias
No luce mal el 3D, especialmente en las carreras donde los restos de los neumáticos parecen volar hacia nosotros a velocidad de vértigo. Digamos que 'Turbo' cumple perfectamente su misión: Les encanta a los niños y logra que los padres no se sientan estafados. Todos los niños del cine estaban entusiasmados animando a Turbo e incluso en algún momento aplaudieron. Son cosas que yo valoro mucho de una película.
Nota: 7.
No sabia que personajes humanos tenian tanya presencia en la cinta, y tal como lo dice jescri, casi más interesantes que el resto de caracoles.
Me ha distraido durante todo el metraje, que ya es, peto poco mas... Bueno, ls verdad aue el diseño tuning de los caracoles, molan, y los planos en primera persona de Teo (Turbo) también.
Un 6 para el caracolito dopao'
¿No encontrasteis cierto gran parecido en Tito con algún personaje de otra compañia? Es decir. Pensad en Tito...
Y ahora, intentar imaginarlo cuando tenia, no se, 8 o 10 años...
Mi me vino directamente esta comparación...
Tito de joven apareció en otra película de otra compañia...
Qué mal me caía el tío ese jaja
El otro día tuve la ocasión de verla. Pensé que iba a ser una mierd* pero me lo pasé bien. Un 5.50