Las comparaciones son odiosas, si, especialmente para el que sale perdiendo. E injustas en no pocas ocasiones, también. Pero es inevitable no caer en la tentación de comparar entre sí según que películas, de echar mano de un recurso que sí a los grandes estudios les sirve para vender un proyecto a nosotros nos puede valer para vender una opinión. Resulta difícil -vista o no vista cualquiera de las dos- no comparar esta 'Transgression' con 'Secuestrados', todo un temible púgil ante el que subirse a un cuadrilátero del que sólo pueda bajar una, un enfrentamiento de dudosa moralidad que se salda con la misma suficiencia por parte del notable filme de Miguel Ángel Vivas con la que Drederick Tatum hacia mella en el cráneo a prueba de golpes de Homer Simpson. No es sólo que una es demasiado buena, es que la otra es demasiado mala... ya sea con o sin comparaciones.A 'Transgression' le dolería compararse incluso con su propia sombra, no ya decir con la que pueda proyectar la figura del icónico Michael Ironside, un actor al que siempre se agradece recuperar para la causa aunque sea tan brevemente como en 'X-Men: Primera generación', y un rostro más que familiar que a quien lo desconozca le aconsejo no tenga el valor de reconocerlo en mi cara si no quiere perder incluso el respeto más básico que de por si le otorgo a cualquiera que se cruce por la calle conmigo. La presencia de Mr. Ironside, que no necesariamente su interpretación, es sin duda lo más destacable de una producción que por lo demás ofrece muy pocos méritos susceptibles de llamar de alguna manera la atención más allá del prominente escote de Maria Grazia Cucinotta.

Si 'Secuestrados' era la versión buena, todo un ejercicio de estilo de lo más logrado, 'Transgression' es la mala, una producción de andar por casa con fuerte aroma a telefime de sobremesa. Un mismo punto de partida, pero un desarrollo muy distinto; en una el sufrimiento de unos traspasaba la pantalla... en la otra se queda enfrente de la pantalla, allí donde el humilde e ingenuo espectador se posiciona para pasarlo mal... pero de otra manera, mal de mal, no mal de que mal. Y es que allá donde una ofrecía un apartado técnico destacado, una dirección notable, un trabajo actoral ejemplar y un guión más que sólido... esta que nos ocupa no ofrece ninguna de estas cosas: estéticamente es una película fea, la dirección y el trabajo de los actores en general es más bien mediocre, y su libreto es de lo más torpe, absurdo e incoherente. Por si fuera poco credibilidad más bien nula en un entorno presuntamente cerrado, una casa, que en vez de convertirse en la asfixiante trampa mortal que era para Manuela Vellés y compañía aquí es una especie de barra libre de váyase usted por donde quiera y como quiera. Si es que algún motivo tenía que haber para que al principio de la película la Sra. Cucinotta llame por teléfono al Sr. Ironside en vez de buscarle por la casa...

'Transgression', básicamente, es uno de esos filmes que revalorizan a la competencia, de los que mientras los ojos de uno parece que lo están viendo el cerebro se evade por su cuenta dándole vueltas a otros títulos de similares condiciones que sí lograron captar nuestra atención para causar algún tipo de reacción en nosotros, para provocar algo más que el abandono en silencio de una sala de cine capaz de ser testigo de lo bueno y de lo malo, de lo mejor y de lo peor. 'Transgression', haciendo el chiste más fácil de cuantos se me han ocurrido, no "transgrede" más allá de la pantalla. Sí, el chiste es malo... pero es que la película también lo es, y del mismo modo que en ningún momento he sido capaz de creerme que el chiste pudiera tener gracia la propia película parece que tampoco ha sido capaz de creerse a sí misma en ningún momento. Y si un filme no cree en sí mismo como que el espectador menos aún lo hará...

Nota: 3.0

Por Juan Pairet Iglesias