'Super 8' - Tal vez no lo sea... pero hagamos como si lo fuera
Mejores o peores, hay algunas películas que resultan imprescindibles por alguna razón, tal vez porque intentan ser algo más que una película para ir más allá de ser una sucesión de imágenes proyectadas sobre una pantalla, ya sea de una manera u otra. 'Super 8' no es una de ellas aunque nos gustaría que lo fuera, primero porque lo debería de ser, y segundo porque sus intenciones lo merecen a pesar de que no pasan de ser el buen amago que finalmente es. ¿Lo que cuenta es la intención? Ni sí ni no, todo depende. "Hazlo o no lo hagas pero no lo intentes", decía Yoda en una de las frases más emblemáticas de cierta saga galáctica. Tampoco.
'Super 8' podría definirse como un buen intento por resucitar algo cada vez más difícil de encontrar incluso en las producciones más logradas: un corazón latiendo bajo el celuloide. El logo de Amblin al principio de su metraje es toda una declaración de intenciones, un logo que ha antecedido a multitud de clásicos ochenteros hoy en día más recordados, reconocidos y aplaudidos que la suma de muchas de las producciones que en los últimos años nos han asolado durante unos veranos cada vez más ruidosos y menos cinematográficos. 'Super 8' ni es perfecta ni mucho menos redonda, para nada. Pero no sólo se puede disfrutar, y bastante, sino que además en un verano donde es de las poquísimas opciones que no se basa en un cómic, no es un remake, no es una secuela o no es una reedición de una fórmula matemática, el intento por aportar algo de alma al cada vez más frío mercado industrial del cine es un intento que, diga lo que diga Yoda, bien se merece un aplauso... y quizá algo más.
'Super 8' puede que no sea una película imprescindible... pero es una película con la que podemos hacer como si lo fuera, una de esas producciones con potencial para crecer en nuestra cabeza y sobre todo en nuestro corazón al cabo de las horas, no tanto por lo que es en realidad como por la capacidad de evocar las posibilidades de lo que podrían haber sido, un resultado no necesariamente mejor desde un punto de vista objetivo pero si más satisfactorio. JJ Abrams pretende recuperar con este su proyecto más personal el sabor de aquel irrepetible cine de aventuras de los 80 del que el cine se ha ido olvidando poco a poco en favor de la frialdad técnica de las superproducciones de manual, y con el que tanto él como muchos de nosotros crecimos consiguiéndolo en parte sí y en parte no tanto, esto último derivado de que al fin y al cabo, en pleno siglo XXI, ni las películas ni el mundo ni nosotros mismos somos iguales lo que termina por convertir a este ejercicio de nostalgia precisamente en eso mismo, un ejercicio de nostalgia bañado en efectos digitales de última generación, mucho más satisfactorio que ese 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' pero igualmente esclavo de aquello a lo que rinde homenaje sin disimulo alguno.
No cabe duda de que el hype es muy peligroso y ya desde los primeros indicios de que los nombres de Spielberg y Abrams se uniría en un mismo póster las esperanzas eran muy elevadas, demasiado, y la expectativas algo desmedidas, quizá no tanto como las que se han depositado en la próxima de Batman, una cinta que si no logra algo equiparable a lo que Jesús hizo con la religión lo pasará mal..., pero si un tanto exageradas para un filme que como cualquier otro no deja de ser eso, sólo un filme. 'Super 8' supone una ligera decepción, palabra que así aplicada sin más resulta excesivamente severa hacia un filme que demanda dejarse llevar libremente para disfrutar sin cortapisas con su propuesta, una propuesta que si bien por debajo de sus intenciones es dueña de un corazón que la respalde, y he aquí la clave, que late con más fuerza que muchas otras que resultan aparentemente más perfectas. Y es que a veces, al igual que con el amor ya sea humano, animal, vegetal o mineral, nos sale más a cuenta pensar con el corazón que con la cabeza...
Lo cierto es que el filme empieza bien por no decir que muy bien. Hasta bien entrado su metraje esta especie de evidente mezcla de títulos como 'Los Goonies', 'Gremlins', 'E. T., el extraterrestre' o 'Cuenta conmigo', esta última no surgida de la factoría Spielberg pero con la que quizá comparte más similitudes, funciona perfectamente dando forma y credibilidad tanto a su argumento como a sus personajes, estos partícipes de un trabajo excelente especialmente en lo referido a los menores de edad, e involucrando al espectador en una experiencia cercana a una proyección astral tanto por lo que está contando por cómo te lo está contando, todo ello apoyado por la excelente partitura (una más) de un Michael Giacchino haciendo las veces del John Williams de JJ. Toda esa solidez reforzada por un acabado técnico y una puesta en escena inmaculados que, no obstante y más allá del evidente respeto por Steven Spielberg, se encuentra más influenciada por el que esperemos siga siendo un muy buen director y que lo pueda demostrar, John McTiernan -algo notorio en sus por ahora tres filmes-, se viene un poco abajo cuando el castillo de naipes por los que tiene predilección el creador de 'Perdidos' ha puesto todas las cartas sobre la mesa y toca resolver la ecuación.
Es en este momento, durante su último tramo, cuando el guión muestra sus carencias a la hora de ensamblarse como una verdadera historia que aporte algo más que la voluntad para ser lo que pretendía ser, unos últimos minutos que efectivos pero que carecen de brillo, más cercano a un quiero y no puedo que además contienen un par de apuntes excesivamente violentos impropios de sus algo más ingenuos modelos, y que si bien culminan con una imagen llamémosle icónica y muy estimulante (así como con unos títulos de crédito finales excelentes) resquebrajan la hasta ese momento solidez de una propuesta a la que le falta algo de temple para sacarle a sus ilusiones todo el potencial que cabría esperar, amén de que su contenido pero evidente empleo de artimañas digitales, véase la por otro lado espectacular secuencia "del accidente", extrae de ella una realidad ajena al año 79 que ejerce de telón de fondo.
'Super 8' no es la gran película que debería de haber sido, no es la gran película que podría haber sido y por no ser siquiera es una película que podamos considerar como una gran película, lo que no quita para que no sea una producción que se ha ganado a pulso algo más que una oportunidad para demostrar que el camino de la imperfección también conduce a la satisfacción. No ser la mejor no le resta méritos como el título sumamente interesante, estimulante y disfrutable que es, un film que tras el celuloide esconde un corazón que rubrica las intenciones de un proyecto personal vestido de fanfarria fruto del deseo y no del interés comercial. Ni es Super ni alcanza el 8, vale, pero es igualmente un filme digno de mención.
En pleno siglo XXI Abrams pretendía hacer una buena película como las que se hacían en los años ochenta, una esas producciones que siendo justos quizá no sean tan buenas como nuestros recuerdos nos hacen creer, y lo que ha logrado no es más que un filme hecho en el siglo XXI a la manera en que se hacía en los años ochenta. El tiempo dirá si 'Super 8' merece o no aspirar a incorporar su nombre a esa lista en la que figuran filmes como 'Depredador' o 'Jungla de cristal', películas que quizá no tengan mucho que ver en apariencia al margen de los destellos de luz en pantalla pero cuya incuestionable atracción cada vez que se dejan ver en la pequeña pantalla les hacen ser algo más que una película. De momento es la producción menos lograda y efectiva de JJ Abrams en relación a sus intenciones iniciales. Pero el amor es lo que tiene, es casi tan imperfecto como lo somos nosotros.
Nota: 7.2
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Ciertamente es un retorno al cine ochentero tipo E.T. , Los goonies y peliculas por el estilo.
Pero aunque empieza de una manera brillante, se va descafeinando poco a poco dejandome una sensación de aventurilla de ver y olvidar.
No creo que con el paso del tiempo esta pelicula se recuerde mas que las ya citadas (y sin llegar al nivel de E.T.)
Lo Mejor: Para mi, el tratamiento de las relaciones personales entre personajes y el protagonista.
Lo Peor: Aunque parezca mentira, J. J. Abrams hace una de las peores escenas de accion que vi en los ultimos tiempos.
Spoiler
Mi nota: 5.5/10
Lo mejor los primeros 25 minutos y la actuación de la pareja de protas. Apunta alto Elle Fanning
Nota: 6,5.
Y es que Steven Spielberg no solo es, por derecho propio, uno de los directores de cine más recordados de todos los tiempos, sino que tiene buen ojo con triunfos rotundos como 'Los Goonies' o la trilogía de 'Regreso al futuro'. Ahora se fijó en el creador de la serie 'Perdidos' que enganchó a millones de personas, un hombre llamado JJ Abrams que ha dirigido una película con una magia digna de las mejores producciones ochenteras.
Cuando veo 'Super 8', sin embargo, veo más a Spielberg que a Abrams (que hace una labor cojonuda) porque 'Super 8' parece una mezcla de 'E.T.' + 'Cuenta conmigo' + una pizca de 'La guerra de los mundos' con toques dramáticos, en la historia de la madre de Joe. Pero amigos, el guión es de JJ Abrams, lo que significa que él creó ésta película y hay que empezar a preguntarse si no va a ser uno de los directores a tener en cuenta en un futuro cercano. Porque ésta película mantiene una tensión dramática, una simpatía con los críos (Alice y Martin son especialmente adorables, cada uno a su manera) y unos momentos terroríficos que hace que sea una obra compacta y bien hecha.
Con ésta película habrá diversión, ternura, comedia, terror y tensión. Una delicia cinematográfica.