Nunca fui nunca un gran amante de la épica galactica del director George Lucas, La Guerra de las Galaxias. De hecho no he visto ninguna completa y no pretendo verlas próximamente, pero de que han de tener lo suyo eso es una cuestión innegable. Quiero creer que no soy un espécimen raro, aunque quizá merezca lo horca por ello y aún así amo el séptimo arte. Las razones de mi desagrado a la saga y franquicia hoy no vienen al caso -y hoy tampoco soy imparcial-. Pero en esta ocasión la fuerza me acompañó para una nueva entrega de esta saga, y si fui a verla es solo porque me gustan los dibujos animados, y como lo digital sigue en auge, en esta ocasión, Lucasfilm Animation opta por ella para mostrarnos Star Wars: La Guerra de los Clones (Star Wars: The Clone Wars, EUA-2008).

Esta nueva entrega en realidad no es más que el preámbulo para una nueva temporada de la la serie animada Star Wars: Las Guerras Clon; una serie que narra la etapa de la vida de Anakin Skywalker y su maestro Obi-Wan Kenobi que va desde el termino del Episodio II: El Ataque de los Clones hasta el comienzo del Episodio III: La Venganza de los Sith y podemos ver en esta saga cuando Anakin se convierte en maestro Jedi. Ahora bien, si es un preámbulo para una segunda temporada se entiende que estrene en cines para luego ver la luz en la pantalla chica a razón de que puede crear mucha más expectativa; cautivar a los incondicionales y atraer a uno que otro despistado que no se halle inmerso en este mundo. De esta forma, y además presentándolo en animación 3D, logran un modo innovador de presentar el producto al público.

Pero la cuestión es esta, que como punto intermedio de dos temporadas de serie animada -que jamás se verán en cine- resulta un tanto inadecuado por el planteamiento de hechos y la sucesión de los mismos y entonces aquí su principal declive en cuanto al análisis de la cinta como lo que debe ser una película: una pieza única. Bueno, aquí se nos relata un tiempo en que la totalidad de la galaxia es azotada por las terribles Guerras Clónicas, un conflicto civil generalizado, en donde los Separatistas y sus androides mortales, se enfrentan en contra de La República, sus clones y los caballeros Jedi. Nada más es nuevo en esta saga.

Una trama interesante sin duda alguna que no se resuelve de ninguna manera porque en principio de cuenta no nos la plantearon resuelta, y porque tampoco hubieron hecho lo otro hacia el final. Pero este detalle incesante, sumado a la inestabilidad del arco narrativo del guión y al modelo de extrañeza de la animación lo detallaremos más adelante. Creo que sin duda, lo que se ha logrado con esta producción es, además de continuar con el apoyo de los millones de fans, -lucrar desde luego- es proveer a Genndy Tartakovsky de un señuelo de éxito consumable. Eso es lo que creo, sin embargo a mi no me ha gustado la cinta, y no es porque tenga que ver con Star Wars, es porque es lamentable en varios aspectos.

El hecho de que la cinta sea la sucesión a una temporada televisiva no da derecho alguno a que una voz en off salida de la nada a manera de cuento desprevenido nos venga a contar sucesos con tanto nombre de personajes y lugares que uno decididamente no conoce narrada en un semipreámbulo en menos de 45 segundos. Y si esta cinta estuvo hecha solo para los conocedores de la saga filmica y a los que tenian sistema de cable para ver las caricaturas, lo siento mucho, pues yo pague mi entrada al cine al igual que muchos que no somos fanáticos y aunque no se ocupa un breviario de cultura pop, ni que quiten la voz en off, hay mejores condiciones para plantear la historia dentro de un golpe narrativo inicial.

Veámoslo de otra manera; que si como lo hubiesen planteado fuese para los conocedores, no ha motivo alguno para estrenar en cines algo que sinceramente parece un capitulo animado extendido de una serie de TV que bien se pudo estrenar en DVD; pero sabemos que George Lucas, antes que un gran cineasta es un excelente mercadólogo que ha sabido administrar esta mina que lo deja mal parado si tomamos en cuenta que no ha logrado superarse a si mismo.

Compuesta por tres largas secuencias de acción, muy bien armadas, se desdeña por mostrarnos una trama menos compleja en base al esquema de la misma mitología de la franquicia y aunque todo transcurre rápidamente, el tiempo en pantalla no da pie para sostener tramas y subtramas que no cuajan del todo porque no son más que una pequeñísima parte. La subtrama central de Anakin Skywalker y su aprendiz Ahsoka Tano al rescate de Rotta the Hutt, que ha sido secuestrado, es la mejor forma de llevar la trama.

Lo malo es que en ningún momento hacen un planteamiento de la misma historia lo cual arruina posibilidades de éxito al no conseguir un clímax idóneo dentro de tanta secuencia que en ocasiones diríamos que no nos lleva hacia ningún lado –claro que no pretendo ver la segunda temporada- por lo que el desenlace queda totalmente nulo. Un arco narrativo que no cierra y que no tendría porque hacerlo, nos deja en mitad de la nada con una cinta que es sólo para fanáticos y cuyo quizá único elemento a favor sea la formidable música de Williams y la misma dirección de arte, que escapa al look plástico de la animación 3D y nos entrega un trabajo más artesanal aunque muy falso en el personaje de Hernán Cortés, -perdón, de Obi-Wan Kenobi-.

Movimientos de los personajes humanos muy raros y aletargados a diferencia de la ráfaga que demuestran en combate, la falta de elementos claves de seguimiento en la trama, los rasgos parapléjicos en las facciones y la reiteración de diálogos situacionales, terminan por dejar un producto incesantemente predecible y prescindible como la pieza única de la que se forja el séptimo arte actual aunque sea preámbulo, segunda parte, precuela y demás, no se debe perder este factor de vista.

Esto solo es parte de ese amplio universo de historias subyacentes o relacionadas con los filmes, compuesto por novelas, comics, juguetes, series, juegos de rol y videojuegos que entregan pistas y arman historias paralelas; así pues, en toda esta parafernalia, quizá es comprensible este preámbulo, y aunque la cinta se mueve con mucha más ligereza que varias de las cintas dirigidas por el mismo Lucas, forma parte de un hecho inclasificable. Que me vaya al lado oscuro si he dicho una sola mentira y que la fuerza os acompañe si es que van a verla.

(+ Críticas...)