Si comparamos la gran cantidad de películas que sólo salen a la televisión o directamente a DVD contra las que se proyectan en salas cinematográficas, la diferencia es abismal. Con este filtro se supondría que lo que se proyecta en el cine es lo mejor, pero siempre hay una excepción o alguna que por alguna razón (no tan inexplicable) se logra filtrar. Tal es el caso de esta producción de Vicky Jenson, quien dirigió Shrek y nos sorprende con esta entrega tan por debajo de lo que pudiéramos esperar y cuyo único atractivo es Alexis Bedel (Gilmore Girls).
Esta hermosa joven chica llena la pantalla con su mirada encantadora que no dice otra cosa que "quiéranme, soy linda", porque no hay ninguna otra razón para quererla. Todo en esta película (y hasta su actuación) son refritos de todo lo que ya conocemos de pies a cabeza. Una familia alocada, un vecino guapísimo, buena gente e interesado en la protagonista, el amigo también interesado (guapo indudablemente), una villana prepotente y una línea argumental que pierde su objetivo pasados los primeros 20 minutos que eran promisorios.
Es impresionante como parece que el guionista y la directora lucharon contra viento y marea para deshacerse cuanto antes de cualquier posibilidad de crítica o análisis fresco de un problema real como lo es el mundo laboral justo después de la fiesta de graduación y cuando los planes no son lo esperado. Todo esto es arrojado por la borda y sólo nos quedan dos intervenciones deslumbrantes de Carol Burnett que de inmediato es congelada ya que no hay nadie quien pueda hacerle competencia. Y es así como sólo nos queda gozar de esta chica linda y sus cientos de tomas que la hacen ver aún más bella de lo que ya es.
Por Jálex