Nos encontramos en el Lago Victoria del estado de Arizona. El sol luce a sus anchas y la estampa de este paradisíaco lugar está lleno de altas palmeras, puestos de granizados y cientos de motos de agua preparadas para que las den gas. Ellos enseñando tableta con sus Ray-Ban enfundadas y sujetando un vaso de plástico alcoholizado. Ellas presumiendo de silicona y marcando pezonacos en sus camisetas mojadas. En definitiva... mucho preplaya y mucha zorrita suelta. A modo de inciso, me atrevería a decir incluso que hay una obsesión oculta por parte del director de todo aquello relacionado con los senos. Creo que ver tanto (felpudos incluidos) desacredita un montón a la película.
En fin... gente muy guay en un sitio muy guay que, a diferencia del espectador, no saben que son auténtica carne de cañón (y nunca mejor dicho) de unos pequeños pececillos terriblemente mortales que ponen nombre a la película. Sí amigos, la leyenda urbana de las pirañas diseccionadoras de cuerpos humanos en cuatro segundos es cierta. Así que abróchense el salvavidas, pongan un par de ojos más en la nuca y tengan cuidado en no caer al agua si no quieren ser el almuerzo de estas acojonantes pirañas jurásicas.Este despropósito marino, remake de 'Piraña' (1978) del mítico Joe Dante, está lanzado con el atrevimiento del francés Alexandre Aja. Éste vuelve a dar rienda suelta al subgénero, el gore, que le dio fama ('Haute Tension') y le abrió las puertas de Hollywood con otro remake ('The Hills Have Eyes'). Podemos decir con firmeza que el remake es mejor que la original y que la de James Cameron (tápense los ojos los nostálgicos de la Serie B), y es que, reconozcámoslo, la tarea no era difícil. La de Dante era demasiado "gafapasta" y cochambrosa, quizá también ésta lo sea en parte, pero al menos cumple de sobra su cometido: divertir al personal.
Personal que, aunque haya aliviado su tedio durante hora y media, estará que echa humo si ha decidido pagar el peaje del 3D. Un par de euros/dólares que se marchan por la borda. La coletilla del "3D" en el título descalifica a otras producciones de terror (maldita y jodida moda) que sí han hecho algún esfuerzo por amortizar el suplemento de la taquilla. Aquí tan sólo se divisan malamente un par de momentos pro-3D que quedan de lujo para la galería de los tráilers, pero que son una auténtica estafa.
Sumerjámonos ya en el apasionante mundo de las pirañas. Digamos que me siento satisfecho de haber nadado al lado de unas pirañas terrenales. Ojo, muy muy dentro de lo que cabe. Aquello de las pirañas mega-gigantes voladoras (todas las gracias a la productora The Global Asylum) tenemos la suerte de no presenciarlo aquí. De todos formas, tampoco me situaré en el otro extremo, porque la verosimilitud de esta película me la paso yo por donde la espalda pierde su nombre. El cameo de Christopher Lloyd intenta explicar como buenamente puede de dónde vienen estos pececillos asesinos. Mejor no lo queráis saber, sólo digo que el guión del remake es la única batalla que pierde respecto a la original. Un "What the fuck!" en toda regla. Intentar buscarle el más mínimo sentido es inútil.
Con lo que sí me quedaré de la película es con la escabechina de la parte final. Una carnicería con todas las de la ley presentada en bandeja de plata. En muchos planos se ve el truco de algunos efectos (penosa desmembración de cuerpos o heridas adosadas a modo de pegatina) y que los extras a los que les han dado un bocadillo y las gracias por aparecer en el filme, no se comprometan al cien por cien en él. Comento esto porque si nos ponemos picajosos y jugamos con el "pause" del mando a distancia, podemos apreciar a gente mirando a cámara o incluso descojonándose de que al de al lado le estén diseccionando un brazo. Aún así, el sangriento espectáculo es impagable. Diez minutos de auténtico gore en los que he disfrutado, riéndome obviamente, como un niño pequeño.
No quiero irme sin mencionar a Elisabeth Shue, la que fue en su día uno de los referentes femeninos en esto del celuloide. Ahora, vagabundeando por proyectos de medio pelo, se nos ha colado aquí interpretando a una súper-mamá, típicamente sola a cargo de sus retoños. Me alegra volver a recuperar su pista, aunque haya sido en esta basurilla prefabricada. No olvidarnos tampoco del mencionado antes Christopher Lloyd así como de Adam Scott, Jerry O'Connell o la guapísima Dina Meyer.
En definitiva, que me voy contento a casa. Ya sólo por la escenita del gore a mansalva y por -sobre todo- entretener, creo que no se merece el suspenso. Sí, ya sé que el guión no hay por dónde cogerle, ya lo he dicho, pero es que no se la puede pedir más a esta cinta de corte juvenil. Si podéis, vedla con los colegas de turno y tened a mano un par de refrigerios alcoholizados, risas aseguradas. Calidad certificada.
NOTA:
5.25/10
por Eduardo Obregón Castanedo
La película es una alegoría metafórica sobre...eeeeeem...no me lo creo ni yo. Basicamente es un festival de tetas y miembros amputados.
¿La historia? Lo de menos. Un festival de verano en un lago que atrae a cientos de jóvenes con ganas de emborracharse y pillar cacho.
¿Los protagonistas? Un chaval que tiene que cuidar de sus hermanos pequeños pero en lugar de eso se va con un director de cine erótico a su yate, acoplándose simplemente por el hecho de vigilarlo y a la vez ponerlo celoso, una amiga que está loquita por él.
¿De donde vienen las pirañas? Realmente poco importa, pero puestos a ir esquematizando los puntos "importantes" de la película...de un lago subterráneo en una zona de excavaciones arqueológicas que se abre al golpear una cerveza el fondo marino.
La película tiene una secuencia central con festival de pechos femeninos y desmembramientos y algunos puntazos del salido del director porno pero poco más. Una película concebida casi exclusivamente para el disfrute en cines 3D y salas llenas, dificultando esto el que las distribuidoras tras muchos meses de retraso la relegaran al cine doméstico. Visualmente también es patente este aspecto, perdiendo mucho y resultando algo cutre en el 2D casero.
Ofrece más o menos lo esperado, pero no por ello deja de ser bastante mala y con un formato de cortometraje hubiera sido suficiente.
Nota: 3'5
He visto el trailer de la segunda y parece más bestia aún.
En resumen, nos encontramos ante una cinta entretenida, que sirve para echarse unas risas y que supera en todo a la secuela. Y por si fuera poco, encima sale Kelly Brook. Por tanto, me veo obligado a aprobarla, aunque reconozco que ver antes la segunda parte me ha ayudado a apreciar mejor sus "virtudes".
Mi nota es 5/10.