'Ninja Turtles: Fuera de las sombras' - No tan verde
'Ninja Turtles: Fuera de las sombras' es más floja que la 'Ninja Turtles' de 2014 en prácticamente todos los aspectos, salvo si acaso en lo concerniente a sus efectos especiales... siempre y cuando volvamos a dejar de lado su poca, escasa o nula intención por hacernos olvidar -salvo de casualidad- su condición de efectos especiales. Y es que en realidad la película no deja de ser eso mismo, un efecto especial con poca, escasa o nula intención por disimular su condición de efecto especial al servicio de otro efecto que en este caso no resulta tan especial debido, en (gran) parte, a su ¿apresurado conformismo?
A sus responsables les faltó aire para anunciar esta continuación en agosto de 2014. Fue recaudar 65 millones de dólares durante su primer fin de semana en Estados Unidos, que ese mismo lunes por la mañana antes del primer sorbo de café ya se había fijado su estreno para este mismo mes de junio. Totalmente en caliente. Es posible que, dado que hoy se piensa en franquicias y no en películas, ya se hubiera comenzado a desarrollar el proyecto con anterioridad, pero también que ese "desarrollo" contemplase sólo una serie de líneas maestras tras haber consultado la Wikipedia: quiénes saldrían y la fecha de estreno... y poco más.
El principal problema de 'Ninja Turtles: Fuera de las sombras' es que parece hecha a la carrera, siendo una de esas secuelas a estrenar o bien por compromiso, o bien para evitar su olvido, o bien por evitar que expiren los derechos (...) en unos dos años que se les han quedado tan justos como tan justa les ha quedado la película. Prejuicio oportunista o no, que todo puede ser, lo cierto es que sobre el papel encontramos los ingredientes que cabría esperar en una secuela de estas características, empezando por esos Bebop y Rocksteady que hasta un ex jovenzuelo con mala memoria como un servidor acierta a recordar con cariño.
Sobre el papel sería más que suficiente como para repetir el relativo éxito de la primera, una "tontuna" -que no tortuga- rematadamente simpática en su desvergüenza. Pero no, principalmente porque hasta para hacer lo justo hay que ponerle un poco de polvo de hadas. Esta secuela es una pusilánime sobra de la primera, si llega a tan poco (que tampoco). Un segundo plato servido a medio cocinar ya sea por falta de competencia, tiempo o entusiasmo. Sencillamente, le falta "sal": esto es, el encanto y ese toque para que dentro de su bien autoasumida irrelevancia resulte una falsa pérdida de tiempo igualmente irrelevante pero bien avenida.
El director Dave Green se limita a mover la cámara como pollo sin cabeza a lo largo de este evidente trabajo de encargo totalmente supeditado a sus recursos digitales. De manera terca y casi enfermiza, esperando a que la apariencia sea tan "cool" que pocos se den cuenta que en realidad no hemos salido del caparazón. Los chistes, los efectos especiales, las escenas de acción, la sexualidad de Megan Fox o una Laura Linney exculpando a saber qué pecado... todo se presenta a lo bruto, sin el mínimo ajuste y pulido que logró aportar a la primera un realizador tan alegremente justito como Jonathan Liebesman.
Porque eso es lo verdaderamente triste, echar de menos a un realizador, lo dicho, tan justo como Liebesman. Porque hasta con lo justo le bastó para hacer de 'Ninja Turtles' un divertimento de lo más resultón. Por contra su secuela, como continuación perezosa y deshilvanada que es, se queda en el efecto secundario que apenas si deja margen para la diversión. Y todo porque no se le ha tratado con el debido cariño o respeto, siendo una idea surgida de una loca noche de fiesta posteriormente materializada durante una larguísima jornada de resaca veraniega. En plan "y a lo que salga". Y a correr, que son pocos a los que les importa.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Me ha gustado ver más referencias a la serie original, tales como Rocksteady y Bebop (aunque como personajes me parecen terribles), Krang, el Tecnódromo, la canción de los créditos (qué recuerdos), pero la esencia sigue perdida. Se supone que los protagonistas son ninjas, pero casi parecen más elefantes en una cacharrería. Echo de menos más batallas de artes marciales como las que había en las películas originales, algo que se supone imprescindible en una película de ninjas. Sin embargo, aquí se ha obviado totalmente ese elemento en favor de escenas de acción que hacen un uso indiscriminado de efectos especiales y que no son necesariamente más divertidas. De hecho, han llegado a tal extremo que los protagonistas prácticamente no usan sus armas en toda la película y en algunos casos no aparecen en pantalla más de 2 segundos.
Le doy un 4.
Todo lo bueno que tenía la otra lo sigue teniendo esta secuela: diversión familiar, las tortugas ninja y un sentido del humor envidiable por otras producciones del mismo tipo que se toman demasiado en serio. Siempre es consciente de su condición como producto y se lo pasa bien con ello, algo que se nota. Se lo pasaron bien rodando la película, y eso es de agradecer, pues transmiten ese sentimiento positivo al espectador y crean un ambiente puramente festivo en el que no se busca nada más que entretener al espectador.
Las nuevas incorporaciones, como Bebop, Rocksteady, Krang o todo lo relacionado con la Dimensión X son una delicia para los fans como yo, que hacía tiempo que buscaban ver esto plasmado en una película. Dave Green y su equipo lo ha hecho realmente bien, creando una película que bien podría pasa como un episodio de la serie de los 90 pero que en vez de durar 20 minutos, dura unas dos horas que pasan volando (es lo único donde es ambiciosa, que menos). Las tortugas siguen siendo igual de carismáticas que siempre con sus referencias a la cultura pop, sus momentos absurdos y las salidas de turno de Mickey y Will Arnett sigue siendo igual de divertido. Tyler Perry como Baxter Stockman ha clavado al personaje y las versiones humanas de Bebop y Rocksteady forman una pareja estúpidamente divertida. El problema viene con los dos actores más conocidos del reparto: Megan Fox y Stephen Amell. La primera porque su personaje es peor que el de la anterior película, se mete donde no debe y deja escenas un poco malas en las que parece una ninja más que una reportera. No hacía falta, el personaje de April O'Neal ya estaba bien como era en la primera. Lo mejor: sus primeros momentos, homenajeando a la de la serie de dibujos y a la de los cómics, con ese pasado informático. Stephen Amell interpreta bien su papel, pero no puedo evitar ver a un ex jugador de hockey que trata de hacer justicia, no a Casey Jones. El de Elias Koteas SI que era Jones. Este es un personaje más. Una pena, Amell era bueno para el papel, pero lo han hecho poco gamberro.
Otra de las cosas que más me ha gustado, para ir acabando, es esa realización de Dave Green que tiene mucho de serie B. Las tortugas siempre han sido sci-fi de serie B, por lo absurdo de su propuesta, y aquí lo son del todo. Eso si, menudos efectos especiales. Increíbles las tortugas, Bebop, Rocksteady y ese repugnante (pero genial) Krang.
Como fan de las tortugas que soy, le pongo un 6. Sin ser fan, es divertida y sirve para pasar el rato sin más. Para desconectar el cerebro y reírse con un humor facilón.
Yo pienso que la película se parece a la serie de los 90 lo mismo que un huevo a una castaña.
En pie. Nota: 6.