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'Las mil y una noches: Vol. 1, El inquieto' - Parte 1

Vía El Séptimo Arte por 03 de junio de 2016

Las mil y una noches: Vol. 1, El inquieto

Dice el refrán que quien mucho abarca, poco aprieta. Tiene mucho sentido el dicho, pues el hecho de querer amasar el máximo posible de lo que se pretenda termina por culminar en incapacidad para conseguirlo y, por ende, en desgracia. Miguel Gomes no es partidario de este refrán. Él tenía una idea, una idea sumamente jugosa: expresar la visión de su país natal aliñada de una curiosa adaptación de los célebres cuentos en lengua árabe de tiempos medievales, ‘Las mil y una noches’.

Tan jugosa y densa era su idea que no cabía en una sola película. Tanto tanto de jugosa y densa era, que tampoco cuajaba dentro de una posible secuela. Gomes necesitaba una trilogía, la cual, a riesgo de parecer agoreros, por el olor que desprendía el proyecto en lo que se dejaba visible a los ojos del gran público, era un movimiento muy arriesgado, no exento de valor por supuesto. Un director queriendo retratar a una nación, algo visto con facilidad en cine, ¿pero en 3 películas? La atención, al menos, la había conseguido.

Gomes, en un tríptico abismal sobre la Portugal más decadente, presenta como primer ejemplar 'Las mil y una noches: Vol. 1, El inquieto', una de las películas más indefinibles e indeterminables que se recuerdan. No se puede etiquetar ni establecer un canon de referencia con ella, porque la película es tan singular que transgrede, y es tan peculiar que viola la percepción que se tiene de una película como tal. No se puede ver ni juzgar de manera normal a cualquier otra cinta, pues no se ha visto nada similar antes.

Amén de un prólogo que no interesa a nadie y que hastía, hay, después de rebuscar un buen rato en el baúl de la memoria, cierta similitud con lo que Damián Szifrón lograba en 'Relatos Salvajes', aunque la diferencia principal es que al argentino, al contrario del portugués, no le salía la jugada tan sumamente grotesca. La acidez con la que Gomes denuncia y se queja de la situación institucional portuguesa es lo más remarcable, pero sus cuentos son racionalmente histriónicos. Por mucho que se pretenda, no se puede tomar nada en serio de lo cuenta, ni siquiera cuando se pone dramático.

‘Las mil y una noches: Vol. 1, El inquieto’ es un momento de cine WTF?, una sesión de carcome mental, y no por la dificultad de lo que se ha visto, sino por lo que se ha visto en sí mismo. La pureza con la que Gomes quiere contar su historia trastoca, y sombreros fuera si es su intención y si así es exactamente como quería enseñar lo tocada pero no hundida que está su Portugal, una Portugal de gentes y de historias más que de playas y Ronaldos. La clave está en la condescendencia, y no todo el mundo en esto del cine la tiene, querido Gomes.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


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