Si dentro del ámbito cinematográfico nos pusieran las palabras "entretenimiento" y "espectáculo" como pistas para acertar el título de una película, responder con el título castellano de esta 'Invasión a la Tierra' no sería para nada descabellado, más bien lo contrario por más que tampoco fuera descabellado, por momentos, añadir la palabra "estúpida" a la definición completa, entre otras cosas. Porque si algo predomina en esta enésima invasión alienígena y/o destrucción cinematográfica de Los Ángeles es la intención bien clara de que ambas ideas sean el principal sustento de su discurso cinematográfico, algo que logra con creces permitiendo que sus evidentes limitaciones dramáticas, que bien pueden empañar el visionado por parte de una no recomendable exigencia mínimamente seria, puedan ser ninguneadas sin mayores consecuencias y por el bien de la supervivencia de la raza humana.
Si aun sin haberla visto parece evidente, una vez vista se hace impensable no comparar la nueva película del autopretendido nuevo hijo bastardo del inimitable Michael Bay con un 'Black Hawk derribado' al que le unimos algo de 'La guerra de los mundos' de Spielberg, una pizca del 'Distrito 9' de Blomkamp y otro poco del 'Monstruoso' de Reeves, dando como resultado una producción tan efectiva y lograda como cualquiera de estas cuatro... dentro de su margen de maniobra. Sí, es una producción simple y simplista; sí, a nivel dramático es más bien nula; sí, no presenta nada nuevo que no se haya visto antes; y sí, permite que más de uno pueda acusarla de americanada y militarista. ¿Y...? Si como decía en 'Salvar al Soldado Ryan' Tom Hanks "Aquí se viene a morir", en 'Invasión a la Tierra' se viene a ver tiros y explosiones bajo el paraguas de lo que podríamos considerar ciencia-ficción. Para cualquier otra cosa a la sala de al lado, por favor. Podríamos considerar ciencia-ficción. Con pinzas, pero podríamos aunque lo más correcto sería hablar de acción pura y dura, del estilo a la que tanto le gusta a Michael Bay, hueca pero ruidosa, por más que el espectáculo no alcance ni por dinero ni por talento como para, efectivamente, hacernos creer que Mr. Bay está detrás, quien por mucha confusión que pueda mantener en pantalla siempre aparenta cierto orden dentro del caos, amen de su innato (y repito, inimitable) talento para explosionar cualquier cosa con sumo gozo y hacer volar tantos coches como gotas de lluvia en un diluvio. En última estancia 'Invasión a la Tierra' no deja de ser un relato bélico de concepción más bien clásica (y muy sencillito), adornado con multitud de efectos digitales más convincentes que un sólo fotograma de 'Skyline' y una cámara tan inquieta o más que la de Paul Greengrass, y en la que dos bandos enfrentados hacen especial hincapié en dicho enfrentamiento de forma agresiva (más que violenta), verdadero (y único) quid de la cuestión, y al que la sustitución de uno de los bandos por una raza alienígena permite no tener que rendir cuentas a las no menos clásicas reflexiones intrínsecas del género, trasladando el relato a un terreno del que por otro lado tampoco pretende extraer ni extrae más que una coartada para ser exhibida en los cines como si tal cosa. Porque los extraterrestres, de los que casi sabemos lo mismo al terminar como al empezar (un acierto, por cierto) y que emplean un armamento muy similar al humano, no dejan de ser como cualquier otra sombra rival de una producción como las de Chuck Norris en los 80 sin ánimo alguno en retratar dramáticamente para que así no dejen de ser el impersonal sparring que son.
Eso sí, y aunque resulte tan ridículo una advertencia que tendría que prevalecer siempre, 'Invasión a la Tierra' es una de esas producciones que se engrandece en el recinto en el que ha de ser disfrutada, donde pueda ser vista, odio y "sentida" merced a unos efectos de sonido que, literalmente y por momentos, son capaces de hacer temblar una sala de cine cuyos asientos no han sido prevenidos de los avances de la técnica: véase por ejemplo al inicio la llegada de los marines en helicóptero a través de las estelas de los meteoritos, uno de los pocos instantes de verdadera tensión que van más allá de la mera observación gracias especialmente a un potente trasfondo sonoro, y que se produce no por casualidad antes de que la producción desvele su único as bajo la manga, el aspecto de los invasores y su capacidad ofensiva. Todo lo demás no deja de ser un pretendido intento por trasladar al cine el lenguaje de los videojuegos en primera persona del estilo al Medal of Honor donde lo de menos es el qué o el cómo, sino apretar el gatillo y si queda tiempo preguntar después, todo ello ensalzado por la rimbombante y correcta composición de Brian Tyler, tan ruidosa tras las trincheras como marcan los cánones del cine de consumo PG-13. Su sencillez dramática queda reflejada en el personaje de Aaron Eckhart, al que le queda bien el uniforme de títere protagonista y el único que cuenta con un mínimo de background por más que sea igual de irrelevante que el del resto de monigotes con los que comparte pantalla, en su mayoría carne de cañón que cumplen el objeto de cualquier "bot" y cuyo destino en pantalla nos la trae más bien floja mientras sirvan a la causa mejorando la relación calidad/precio de cada céntimo de la entrada con sus muertes poco gráficas.
Más de uno pensará que me he vuelto loco una vez compruebe la nota final en contraste con la película. Pero no, soy plenamente consciente de mis actos y responderé ante quien quiera que lo haga por "subirme a la parra". Puede que 'Invasión a la Tierra' no sea una película que nunca pretendió ser de la misma manera que no alcanza para ser la notable obra de entretenimiento que debiera haber sido, y que se ve perjudicada por el innecesario intento ocasional de resultar seria con según qué discursos de cara a la galería, personajes con ganas de abrir la boca y demás insensateces que, no obstante, y al tiempo que su a veces confusa puesta en escena cámara al hombro son perdonables por cuanto su contribución es menor en peso y tiempo en relación al tiqui taca balístico. Lo cierto es que sobre el campo de batalla funciona aunque sea por acoso y derribo. No es más que un película-pedo, comparación que no sé si ya he utilizado recientemente pero que viene que ni pintada, porque 'Invasión a la Tierra' es tan hueca como un pedo que hará mucho ruido de inicio y cuyo olor apenas perdurará unos minutos para ser posteriormente olvidado, pero que mientras duré y depende del momento puede ser disfrutado como una broma desprejuiciada o servir de muestra de una mala educación. Yo he optado por la primera opción mientras que habrá quien opte por la segunda. Así de sencillo, pero tirarnos pedos lo hacemos todos, y que mienta aquel que niegue que nunca haya sonreído con un buen pedo. Pues eso.
Nota:
6.8
Por Juan Pairet Iglesias
5,777777777
De repente hacemos un salto temporal a algún día antes de que empezara la invasión y el órgano viril deja de estar morcillón aunque tampoco se ponen a hablar en plan tostón ni ir en plan profundo, sino que solo intentan presentarnos a los personajes y contarnos algo sobre sus vidas para que cuando vayan muriendo tu sepas al menos quien ha palmado e intentarte dar algo de pena cuando tu solo estás haciendo quinielas de quienes palmarán y en que orden.
De todos modos la presentación de cada uno es lograda sin caer como digo en el tostón pero lo suficiente eficiente para saber quien es quien y darle una personalidad aunque sea mínima a cada uno, a los cuales no les vamos a pedir carisma pero están correctos y no caen en diálogos ridículos ni en que te produzcan un odio extremo como en Skyline.
Las escenas de acción están logradas y te da la sensación de estar dentro de un videojuego de tiros y explosiones que arrancas expectante y acaba resultando repetitivo. Los enemigos son aliens como podrían ser robots, terroristas o soldados de la conchinchina.
A parte de disparos y explosiones no se cansan de decirnos lo masocas que son los marines, que una cosa es que no se rindan nunca y otra que no paren ni a mear y hasta que no los maten no se queden tranquilos.
Como toda americanada que se precie te da la sensación de que en cualquier momento va a aparecer un soldado ondeando la bandera con una mano mientras con la otra se masturba mientras oye el himno de su país y lo entona entre lágrimas. La BSO es muy en ese sentido.
Para fans de videojuegos "de matar" y los fuegos artificiales y como yo puedo llegar a disfrutar en su momento con ambas cosas y me pareció entretenida la aprobaremos.
Un 5.2
Me has matado