'Incidencias' - Tira al de fuera del tren
Sólo hay un motivo por el cual el tren de 'Incidencias' no descarrila... simplemente, porque está parado. Y aún así, continuamente amenaza con dar tres, cuatro o cinco vueltas de campana, lo que dicho sea de paso hubiera animado todo un poco. ¿Dónde está un cocinero gamberro como Steven Seagal cuando se le necesita?
'Incidencias' es como la propia celebración de la Nochevieja, un plan que sobre el papel (y sólo sobre el papel) promete: el último día del año un tren de Barcelona a Madrid se detiene en mitad de la nada dejando incomunicados a un grupo de pasajeros de lo más dispar. Ahora bien, del dicho al hecho hay un trecho que la película no consigue amarrar devaluando por completo la legitimidad que 'Tapas' otorgó a Corbacho y Cruz. Y es que es casi como la Nochevieja tras las doce uvas de la suerte, que una vez el tren se detiene no hay más que algo parecido al típico especial a lo 'Mi gran noche' en el que a un Raphael le dan un micro en lugar de una pistola. La diferencia es que los especiales de Nochevieja son una tradición, lo de la película una traición.
Hay algo peor que una comedia que no haga gracia, y es una comedia que constantemente esté aparentando tenerla, que constantemente se la vea buscando ese chiste que no llega... bueno, sí, sí que llega, trasnochado y en completo fuera de juego. Es este el mayor pecado de lo que podría haber sido una especie de 'Relatos salvajes' a la española que, sin embargo, se ve reducida a una mala imitación de 'Los amantes pasajeros' de Almodóvar sin el mariconeo habitual del cineasta manchego -dicho sea como seña de identidad, sin acritud-. 'Incidencias' se presenta tan completamente torpe, rancia y desubicada que resulta molesta, especialmente dolorosa en una deriva que roza la vergüenza de una sonrisa que nunca llega, no digamos ya una carcajada.
Quizá la causa la encontremos en la sensación palpable que se trata, en resumen, de una suma de sketches que como el tren donde acontece la acción no llevan a ninguna parte. Ni los personajes ni sus acciones parece que tengan propósito alguno, de igual modo que los numerosísimos planos de situación del propio tren o la inconexa banda sonora parecen servir sólo como un "parche" desesperado: 'Incidencias' parece montada y remontada una y otra vez hasta el punto de que ni sus propios creadores saben ya cuál era una película que aún parada se pierde bajo la nieve navideña. Porque vista así, 'Incidencias' tiene la misma utilidad, sentido, sensibilidad, cojones y gracia que meter un anuncio publicitario en medio de las campanadas de fin de año. Olé.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Sin historia. Nota: 5.