Hay gente que por la razón que sea, haber llegado a tu vida en un momento concreto o haber provocado un determinado impacto, por muy tonto que este pueda llegar a ser (o tal vez por eso mismo), a los que siempre vas a relacionar con una película en concreto, a menudo coincidente con lo que a priori parece ser en su momento un prometedor debut. Es el caso del francés Benjamin Rocher, cuyo nombre me evoca automáticamente a una película de 2009 conocida como 'La horda'.

Rocher es un claro aspirante a ser uno de estos Vincenzo Natali o Brad Anderson de la vida, directores que tras un filme relativamente señalado nunca han sido capaces de conseguir que les veamos más allá de dichos filmes. Ya sea por falta de méritos propios, ya sea por las circunstancias dadas, o ya sea por esa soberbia en la que a veces incurrimos como espectadores. Es cierto que Rocher sólo tiene tres películas a sus espaldas, siendo este 'Escuadrón de élite' su primer filme en solitario, pero la sensación viene a ser la misma. Personal, intransferible, o no.

En su momento 'La horda' logró enraizar en mi cabeza, más en realidad no fue por la propia película. En una época pre-Sitges y en la que aún le tenía miedo a revisar el internet en busca de posibles perlas que nadie se hubiera dignado a traer por estas tierras, paso bastante tiempo desde que conocí su existencia hasta que pude ser testigo de la misma. Tiempo suficiente para madurar una expectativa. Y aunque el filme en verdad ni estuvo ni está a la altura de dicha expectativa ya daba igual, que para entonces el nombre de Benjamin Rocher ya estaba fichado.

Luego llegó el 50% de 'Goal of the Dead', y ahora el 100% de este 'Escuadrón de élite' en dónde se repiten prácticamente por igual las virtudes y las carencias que, se diría, salvo algún tipo de giro argumental inesperado, le acompañarán en su carrera (si esta prosigue). En especial, el contorno netamente estético de su cometido que hacen de 'Escuadrón de élite', por ejemplo, ya que estamos, una producción audiovisualmente sin tacha y atractiva en las formas, pero cuyo fondo no llega a calar ni de refilón como los referentes a los que evoca.

O dicho de otra forma, 'Escuadrón de élite' es una entretenida producción tras cuyo visionado uno piensa en títulos claramente superiores como 'Heat', si nos ponemos en lo peor, o en títulos claramente inferiores como el reciente remake de 'Le llaman Bodhi', si nos ponemos en lo mejor. Entre medias de ambos podríamos encontrar esta cinta que, presentada con la solvencia y solidez habitual del cine comercial francés (de puertas afuera), se disfruta en igual medida que tampoco presenta ningún motivo especial por el que, salvo puntadas, recordarla de aquí en adelante.

O dicho de otra forma, 'Escuadrón de élite' es una entretenida producción tras cuyo visionado, marcado por una inevitable sensación a déjà vu, uno se queda satisfecho si, atendiendo a la carrera del citado Benjamin Rocher, partimos de la base que sus propósitos como realizador se concentran en aportar algo de dignidad y estilo. Y así es 'Escuadrón de élite', una producción lo suficientemente digna y estilosa como para ser insuficiente de sustituir, al menos en mi caso, personal, intransferible, o no, a 'La horda' como título asociado al nombre del tal Benjamin Rocher.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex