'Ernest & Célestine' - ¡Qué viene el oso (con piel de ratón)!
Es una pena que hoy en día buena parte de la juventud rechace, menosprecie y/o ignore casi por instinto y mayoritariamente el cine de animación que no sea de aspecto, origen y/o naturaleza digital. A mis sobrinos les estoy intentando educar desde el principio de sus tiempos para que, con suerte, sencillamente, no lo tengan más en cuenta que lo justo y necesario, para que no suceda con ellos como me consta que les sucede a otras personas con los suyos (¿verdad Sulli?). Y es que, lo dicho, es una pena que por ejemplo un filme como 'Ernest & Célestine', sin duda uno de los mejores filmes de animación que veremos en los cines españoles en este 2013 -si no el mejor-, parezca que llegue por la puerta de atrás y sin hacer ruido.
El otro día un compañero me preguntó qué era aquello que estaba viendo. Mi respuesta, 'Johnny cogió su fusil'. Intrigado por una película que no le sonaba de nada se levantó a mirar, y cuando vio que era en blanco y negro comentó algo así como "vaya mierda de película, una de esas qué sólo ven los frikis como tú". Acto seguido se puso a ver 'La última llamada', de la cual dijo que estaba bien, algo que suscribo hasta el punto de que no se entiende y/o se quiere entender el por qué esta no ha pasado por los cines que sí paso 'Marea Letal'. En fin, que a esta misma clase de prejuicios me refiero cuando hablo de 'Ernest & Célestine', cuyo principal defecto a ojos de muchos será que no es digital... si es que eso se puede admitir siquiera considerar como un posible defecto.
Y es, aún a riesgo de repetirme, una pena. Porque para entendernos de forma rápida y sencilla, especialmente de cara a los objetores de conciencia, 'Ernest & Célestine' podría ser una de Pixar de haber estado hecha por ordenador. O mejor dicho, su impacto emocional puede ser exactamente el mismo, por no decir superior. El pincel no hace al maestro, sino que es el maestro quien hace con el pincel. Y al decir una de Pixar me refiero a que, sencillamente, tiene muy en cuenta algo que muchas de las cintas de animación por ordenador parecen no tener en cuenta, su guión (palabra que me voy a permitir destacar en negro, tal y como hace nuestro compañero Reporter). En una palabra su guión, al que ni le falta ni le sobra, es solidísimo. Y la técnica lo realza, lo "anima", cuestión parece evidente pero nunca suficientemente ponderada.
Se hace evidente el mimo que se ha puesto en el desarrollo de un guión al que se le ha prestado tanta atención como al trazado de sus dibujos, y que contrasta enormemente con la carne picada que acompaña a películas lujosamente huecas 'Gru 2' o 'Turbo', sendos cantos a la estupidez Made in Franquicia a los que sin embargo se les otorga esa oportunidad, por muy denigrantes que puedan ser los comentarios que provoquen. Lo mismo, pero a la inversa ocurre al revés. Incluso Disney se ha digitalizado mientras que LAIKA o Aardman coquetean peligrosamente con la herramienta, una perdida cada vez más progresiva de una personalidad que abunda, arrolla, enamora en 'Ernest & Célestine'. Mejor aún, una personalidad que resulta auténtica y natural, con alma. Y la personalidad lo puede ser todo. Es más, lo es.
Habrá quien diga, no sin parte de razón, que este sentimiento brota por un estilo de animación tan entrañable. Más no es menos cierto que si 'Ernest & Célestine' es entrañable lo es, también, por su narrativa, respetuosa para con todo el amplio espectro de la audiencia, y principalmente, para consigo misma como película antes que como producto. Y por su guión. 'Ernest & Célestine' funciona muy bien con o sin niño a tu lado, esa es la realidad, y si lo hace es sencillamente porque apunta directamente al corazón sin ser tramposa; transmite ternura sin ser empalagosa; es divertida sin recurrir a golpes bajos; y resulta ágil sin necesidad de apabullar con luces y colores. Y además, o sobre todo, que 'Ernest & Célestine' es una película antes que "una de animación". Y ese lujo le permite concentrarse en lo que verdaderamente importa...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
'El gigante de hierro', sin tener por qué ser una exageración, puede ser una de las cinco mejores películas de animación de los últimos 20 años. Las otras serían 'Wall-E', 'Toy Story 3', 'El viaje de Chihiro' y una quinta que mejor dejar libre para las dudas. No vale comparar con cualquiera de ellas.
Estoy contigo Fenometrix. Me cuesta ver a un niño del siglo XXI viendo esta película . El valor de esta película reside en su público adulto que lo ven como una alternativa al imperante cine de animación norteamericano.