'El camino más largo para volver a casa': Walk of Payne
Ayer un amigo me decía la tendencia que están cogiendo muchas películas, sobre todo españolas, de jugar con las sutilezas excesivas, de que por tanto buscar que tú llegues a conclusiones en vez de contarte las cosas, acabas sin encontrarle interés o profundidad a sus personajes. Y me ponía de ejemplo "La isla mínima". Yo no estoy para nada de acuerdo con él, pero me viene perfecto para comparar la que nos ocupa con la aclamada en la última gala de los Goya y en general por crítica y público, al menos en el aspecto que mencionaba. Aunque, el que en "El camino más largo para volver a casa" tiren demasiado por el "imagínate tú que habrá pasado", no es el mayor de sus defectos.
De hecho, como propuesta, me gusta, pero al igual que casi todo en el film, cojea en la ejecución. Desde la primera secuencia, el espectador mínimamente observador, se encuentra con un personaje que parece llevar tiempo sin moverse de la cama, que baja de la misma con ojos cansados de haber llorado hasta la extenuación, que tiene signos de moratones y que busca un perro al que encuentra en un rincón deshidratado por no haber probado bocado en días. Empieza entonces un paseo errático con el perro a cuestas, con dudas entre si matarlo y/o abandonarlo, perdiendo las llaves de casa en el proceso y comenzando una odisea para encontrar unas de repuesto para volver a la misma.
Un personaje principal que causa interés por el misterio de "qué habrá pasado" pero que no acaba de despejar dudas al respecto. Está claro desde el inicio lo de su mujer y su duelo, factores que motivan la cinta y justifican su comportamiento en muchas ocasiones, aunque queda en el aire el "cómo", su relación con secundarios que sienten una mezcla de sorpresa y desgana al verlo aparecer y los conflictos que han llevado a eso y a las heridas que "tatúan" su cuerpo. Si todo lo demás funcionara, daría un poco igual y sería hasta apasionante el debatir teorías, pero la sensación es de un paseo de la vergüenza y de dolor a la que no te enganchas ni empatizas con él, que cae en la pretenciosidad y que alarga eternamente secuencias y añade otras que no aportan nada, para formar un largometraje que quizá daba para corto.
Y mira que yo soy de derretirme y conquistarme fácil cuando sale un perro.... pero no.
Nota: 4.2
Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
Le doy un 8.