'Creed. La leyenda de Rocky' - ¡Levántate hijo de Apollo!
Supongo que una franquicia, saga o retahíla de películas como las protagonizadas por Rocky Balboa demanda comenzar con una aclaración preliminar: no siento ninguna predilección ni por el personaje ni por su legado. Es más, aunque las conozca no recuerdo haber visto más que el primer filme estrenado ahora hace 40 años, un título que ha quedado archivado en mi cabeza como emblemático a la par que resultón. Y si no (recuerdo que) las he visto no ha sido por falta de oportunidades, sino por falta de interés en una franquicia, saga o retahíla de películas que desde la distancia parecen reincidir una y otra vez de manera (algo) cansina en lo mismo de siempre.
Es pensar en 'Creed', y automáticamente me viene a la cabeza 'Warrior'. De manera inevitable. La estupenda película de Gavin O'Connor terminaba por enfrentar sobre un cuadrilátero a Joel Edgerton y Tom Hardy. No era boxeo, sino artes marciales mixtas. Pero para el caso da igual, que la diferencia respecto a 'Creed' la encontramos en el oponente de su protagonista. En 'Warrior' Edgerton lo era de Hardy y Hardy lo era de Edgerton, mientras que en 'Creed' Michael B. Jordan se enfrenta a... buena pregunta, ¿alguien sabe quién es? ¿Cómo se llama? ¿Si tiene vida? En el ámbito de los superhéroes se dice que uno es tan bueno como de bueno es su adversario. No es lo mismo, pero sí parecido.
'Creed' no sólo aparenta ser lo mismo de siempre. Demasiados lugares comunes y deudas genéricas como para atestiguar que se trata de un filme conservador que recurre a la morriña del fan como sustento principal: de un remake y/o reinicio encubierto adecuado al color del siglo XXI, que ya no se tratará de un ruso sino de un chino. Pocos detalles hay que sorprendan en 'Creed', como pocos detalles hay que no huelan a recurso de guión, en especial una relación amorosa como contrapunto femenino a un filme genuinamente masculino que, cual pausa publicitaria, cada vez que hace acto de presencia reduce el interés a niveles que presentan muy poca batalla.
Este intento irregular, partidista y en realidad algo acartonado por humanizar a su protagonista le aleja de su mejor baza, el ring, así como juega en contra de dar volumen a un personaje de una sola pieza: el joven de pasado problemático que sólo quiere triunfar dando hostias (deportivamente hablando). La historia ya nos la han contado a menudo aunque Ryan Coogler mejore considerablemente las prestaciones ofrecidas en esa 'Fruitvale Station' tan fullera. El problema de 'Creed', por más que pueda estar contada con solvencia y algún que otro plano secuencia interesante, es que no es capaz de quitarle el polvo a la historia de siempre. Además, con una cotización que se reduce por cada minuto que sobrepasa de los 100 de rigor.
Es cierto que la cinta encuentra un sorprendente aliado en un Stallone que se apropia de la pantalla como creíamos que nunca sería capaz. Pero también que no sabe encontrarle un rival a su protagonista: mientras que 'Warrior' -por poner un ejemplo- nos deparaba un emotivo combate final, el de 'Creed' se presenta como un trámite. El problema de un punto de vista único de claro mensaje aleccionador es convertir al protagonista en otro pelele; o incluso peor, en un antipático prepotente a lo CR7 pues, de acuerdo con la actual sociedad de la información, una versión oficial en apariencia tan constitucional tiende, inevitablemente, a generar desconfianza sobre el oportunismo de la misma, no sea que nos hayamos perdido algo.
No es tanto la fórmula como los aditivos, como tampoco lo es de tildar a 'Creed' de ser una mala película. No obstante, si descontamos los momentos en los que aparece Stallone perfectamente la podríamos estar viendo tumbados en el sofá mientras trasteamos con el móvil. Tan correcta en las maneras como de correctas son sus formas, evidenciando una condición "tan de manual" que se le ven las costuras desde abajo de aquella famosa escalera. Claro que después de unos cuantos rounds perdidos con cierta claridad, su solidez le basta para aguantar el sonido de la campana de pie, sobre el ring, lo que prácticamente la sitúan como el mejor combate de 'Rocky' en cuarenta años.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Aquí, Stallone demuestra (para mí, una vez más) que es mejor actor de lo que se ha creído durante años y que Michael B. Jordan es un digno relevo.
Sólo demuestra que Rocky es SU personaje. Pero no por ello es mejor actor.
Stallone es ese actor que muchos amamos pero que en el fondo sabemos que no ganará un Oscar en su vida. Habría sido muy bonito que lo hubiese hecho el año pasado, pero con el globo de oro ya puede darse con un canto en los dientes.
No es mal actor, pero no es un primera línea, ni siquiera un segunda.
No obstante, su actuación en Creed es maravillosa, y a mi me gustaría recalcar que no está interpretando el mismo molde de Rocky de las películas anteriores. No pelea, no corre ni sangra. Esto es muy meritorio y creo que fue lo que todo el mundo vio el año pasado.