Tal y como lo parece 'Combustión' viene a ser más o menos aquello que pretende ser, una especie de versión castiza del primer 'A todo gas'. Una producción ligera y genuinamente comercial concebida a mayor honra de hacer tiempo de forma amena y distraída. Y además de resultados virtualmente similares. O al menos lo pueden ser, más o menos, si tenemos en cuenta en primer lugar las considerables diferencias presupuestarias y sobre todo logísticas que nos separan de la industria norteamericana, algo patente por ejemplo al no poder permitirse el lujo de condecorar con ni un solo arañazo a ningún vehículo, no vaya a ser que la líen los del seguro; y en segundo lugar si asumimos como ajenos los posibles prejuicios hacia el cine patrio y demás tontunas de la vida cotidiana, y que una vez olvidado el orgullo aquel del "Yo soy español, español, español" (recién aplastado por los alemanes) puedan hacer mella en la valoración de una producción que, dentro de sus expectativas, es más que correcta. E incluso necesaria. 'Combustión', versión española, es una buena producción comercial, de esas que tanto se necesitan para asentar una industria más allá de ocasionales tsunamis como los de 'Lo imposible', 'Tres metros sobre el cielo' o 'Torrente', cuya última entrega es un claro exponente de que los españoles en ocasiones son gilipollas, dicho sea a las claras y como dejaría caer nuestro compañero Spirit. Claro que dentro del rango del llamado cine comercial lo bueno no tiene por qué ser nada excepcional fuera del mismo, donde puede considerarse como no más que algo correcto o resultón, o para entendernos, algo "para pasar el rato". Y 'Combustión' cumple con su objetivo, servir con suma corrección "para pasar el rato" como ya servía para lo mismo 'Invasor', la anterior de Calparsoro, de paso que con orgullo sirve con orgullo (o lo intenta) a la lucha por la cuota de mercado empleando para ello las armas de su enemigo, ese Hollywood que nos ha hecho creer que mola más ser de New Jersey que de Carabanchel.
Las cosas como son: acostumbrados como estamos a las luces y colores del cine de evasión norteamericano, esta 'Combustión' nos puede parecer relativamente campechana (salvo en su notable parcela musical), por explicarlo de alguna manera. Evidentemente los medios no alcanzan, ni como para liarla parda con una caja fuerte enganchada al parachoques de un coche, ni para corretear con un tanque por las carreteras de Tenerife llevándose por delante hasta un puente si hace falta. Y ese es posiblemente, entre comillas, lo peor y lo que más daño puede hacerle a 'Combustión', jugar a ser norteamericana cuando queda claro que no lo es. O lo que es lo mismo, que dé la sensación de no trascender a una imitación a lo pobre... o a lo español -con sus tics y tetas a la vista- pero sin ser del todo "española", si así lo prefieren, sin rastro de una personalidad propia que esgrimen otras cinematografías, por ejemplo la coreana o la francesa, a la hora de venderse a la necesidad de un negocio que pueda salvar al arte.
En verdad y para el caso viene a ser lo que es, lo que pretende, lo que parece. Una especie de versión castiza del primer 'A todo gas', un filme que dicho sea de paso no tiene nada de especial salvo la calva de Vin Diesel, con el mismo carisma que los pectorales de Alex González, y el hecho de que es entretenida... simplemente entretenida, aunque su presupuesto alcance para dar una vuelta de campana en el momento más oportuno. El resultado, a los puntos, viene a ser el mismo y en vista de lo esperado puede valer perfectamente. Por qué no, incluso puede considerarse relativamente satisfactorio, todo lo que se puede de una buena película comercial "para pasar el rato" que resulta tan evidente en sus ambiciones como un filme de Michael Bay. O simplemente correcta, siendo ya el espectador a quien, tonterías al margen que siempre las suele haber en todo filme tontorrón, le toca decidir si le vale sólo con "pasar el rato", si le vale sólo con lo que, por otro lado, cabe esperar y exigir.
Nota:
6
Por Juan Pairet Iglesias