¿Qué es la gran pantalla sino una puerta a otro mundo? Ya sea a través de las emociones o los efectos especiales, a través del drama o la acción, el deber de todo aquel que quiera ser llamado cineasta es transportar al espectador a una realidad paralela durante todo el tiempo que dure la función. O lo que en literatura, cine o teatro se conoce como "suspensión de la incredulidad", y que en un vocabulario algo más castizo a algunos nos gusta llamar "coger por los huevos al espectador". Como si fuéramos un niño descubriendo asombrado el mundo por primera vez, descubrirse sumergido en una experiencia sin reparar en que allá fuera hay un día a día en muchos casos cruel, mezquino y anodino no tiene lo que se dice un precio... aunque en realidad sí lo tenga como, sin ir más lejos, lo tiene ver al Cirque Du Soleil en vivo y en directo. Ver 'Cirque Du Soleil: Mundos lejanos' también lo tiene, sí, pero en comparación sale tan relativamente barato que lo cierto es que es... ¿como si no lo tuviera?'Cirque Du Soleil: Mundos lejanos' es una oportunidad para acercarse a un módico precio al lejano mundo del Cirque Du Soleil, especialmente si nunca se ha tenido la oportunidad de ser testigo en vivo y en directo de sus innegables virtudes. Un servidor sí les ha podido ver en un par de ocasiones, sendas ocasiones convertidas en especiales en un esfuerzo para el bolsillo pagado con una experiencia que aunque fragmentada sigue rondando por mi cabeza... si bien mi memoria, salvo destellos fugaces, no alcanza a recordar ni el nombre de sendos espectáculos ni de qué se supone que iban. Y es que el Cirque Du Soleil prevalece sobre sus espectáculos como el Cirque Du Soleil prevalece sobre 'Mundos lejanos' que, siendo lo más breve y conciso posible, viene a ser un espectáculo del Cirque Du Soleil grabado con el que el concepto de película y/o documental resulta engañoso, ya reluzca más o mejor en un 3D supervisado por el gurú del formato, James Cameron, y que aunque "de verdad" puede servirnos por enésima vez como base para discutir sobre su aporte real (al menos cuando no hay gotas de agua en escena que le den sentido).
Porque 'Cirque Du Soleil: Mundos lejanos' ni es una película ni es un documental, es un medio con el que tratar de acercar la magia del circo a todo el mundo donde el cine, tal y como lo conocemos, es sólo eso: un medio, un testigo de una función ajena que como falso maestro de ceremonias interfiere lo mínimo posible en la franca realidad de un arte como es el circo, la magia del aquí y del ahora donde dentro de la trampa y el cartón todo es, se agradece por otro lado, real y para nada digital. Ese es quizá el error y/o fallo fundamental del nuevo trabajo de Andrew Adamson, realizador al que cabe alabar una inquietud artística que le ha llevado desde el Reino de Muy Muy Lejano hasta los confines de Narnia: que trata de proyectar la magia que se respira sobre el escenario sin darle margen a la que puede aportar una cámara de cine, sin dejar que le sume ese posible valor añadido del que uno no puede disfrutar sentado en su butaca. Ya sea por los condicionantes de la producción, ya sea por las necesidades de un espectáculo filmado en tiempo real, lo cierto es que la sensación de acceso VIP a la magia que uno esperaba encontrar no cumple consigo misma y la cámara, que uno siempre soñaba desde el patio de butacas con moverla "a lo Tony Scott" por entre medias de todo el meollo, se limita a mostrar sin pronunciarse, a testificar sin participar.
Sin un argumento o un propósito narrativo que guíe sus intenciones 'Cirque Du Soleil: Mundos lejanos' es, en suma, una función de circo según el Cirque Du Soleil, una irregular suma de set pieces -algunos espectaculares otros de relleno- en busca del más difícil todavía que, sobre la pista y para el caso, funciona de la misma manera que una retransmisión deportiva para con el evento que retransmite donde se gana en comodidad lo que se pierde en ambiente, pero no muy distinta de los montajes en DVD que con los mismos protagonistas se pueden encontrar por ahí donde tampoco, nunca, se rompe la cuarta pared. Puede que no sorprenda, puede que no emocione; pero tampoco aburre, tampoco engaña; y tampoco abusa de artificios aunque toda ella sea un artificio. Es simplemente el circo, subrayado, según el Cirque Du Soleil: Poder decir que se les ha visto o vuelto a ver, según el caso, según si interesa. ¿Qué le aporta el cine, como arte, al mencionado arte del Cirque Du Soleil? Esa es la pregunta, la misma cuya respuesta provoca que el espectáculo tenga un precio... barato, sí, y muy tentador... pero un precio al fin y al cabo que si bien nos acerca a un "mundo lejano" no nos permite perdernos en él.
Nota:
6.75
Por Juan Pairet Iglesias
(Si, dicha sala era la grande, grande del Kinepolis y estaba yo solo)
LO MEJOR:
-La demostración de que, en estos tiempos de inocencia perdida, todavía hay lugar para la magia y la ilusión
-La belleza visual de todo el conjunto de la película así como la fantástica dirección
-Por fin, por fin, por fin, un buen 3D (y es de los mejores 3D que he visto en cine, por cierto)
LO PEOR:
-En ocasiones más que una película para la cartelera de cine parece un evento alternativo de esos musicales que ponen en los cines
-El maltrato por parte de Paramount en su distribución y estreno*
*Una película así con ese potencial (Circo del Sol + James Cameron + espectáculo familiar y de buen 3D) te lo coge la Disney, la Fox o los Weinstein y te hacen maravillas con ella.