Qué tendrán los ecos de sociedad que a todos, en mayor o menor medida, acaban interesando. Ya sea el cotilleo de la famosa de turno en la revista del corazón o las hazañas de tus vecinos. Al final el rumor es una de las claves que mueve el mundo. Bien lo sabían aquellos literatos que comenzaron a escribir novelas de amor durante el siglo XIX. Pues, básicamente, eso es “Bel Ami”: un folletín novelesco. Ni emociones fuertes, ni misterios sin resolver.
Georges Duroy (Robert Pattinson) es un joven que llega a París procedente de Argelia, donde ha pasado dos años movilizado con el ejército. Desea salir de su vida de pordiosero y convertirse en un miembro de la alta burguesía. No se detendrá ante nada ni nadie para conseguir su objetivo.Dos directores noveles en el arte del largometraje para la gran pantalla filman una película basada en el clásico que escribió en 1885 Guy de Maupassant. Un folletín novelesco que no ofrece nada de interés, pero que está cargada de importantes figuras cinematográficas. Por eso, “Bel Ami” llamará la atención del público, pero, a la hora de ofrecer algo, no puede hacer mucho.
Robert Pattinson utiliza sus armas seductoras para conquistar no a una, ni a dos, si no a tres mujeres y las que vengan. Por venganza, obsesión o placer. Sea por lo que sea, Pattinson se pasea por el siglo XIX dejando a un lado al famoso vampiro Edward. Desde que se diera a conocer con más énfasis en la saga Crepúsculo, intenta desprenderse de ese personaje. Como espectadora y crítica busco, con ganas, sentir que la influencia de Edward desaparece de ese muchacho. Así como “En agua para elefantes” no pudo desprenderse del vampiro, pero en esta como en la próxima que está a punto de estrenar a las órdenes de Cronenberg, “Cosmopolis”, si somos objetivos, creo que se nota un avance. Poco a poco va buscando al actor que debería ser y no lo que el marketing ha creado. Cierto es que no es su mejor papel, pero poco a poco se hace el camino.
Ninguna de las tres mujeres que acompañan a Pattinson (Uma Thurman, Kristin Scott Thomas y Christina Ricci), sobresale una sobre la otra. No es culpa suya. Su actuación es ejemplar ante el tipo de película ante la que nos encontramos. Un guión flojo matizado con notas musicales que invitan a esperar más de un film que está abocado desde el principio a ser plano. Si no fuera, como siempre, porque este tipo de películas incluye actores de renombre como reclamo, nadie prestaría atención a esta historia de de amor y codicia entre burgueses.
No sé si estaría firmado en algún contrato o, en realidad, fuese por apetencia, lo que está claro es que “Bel Ami” es un producto comercial con un principio y un fin muy unidos. Por mucho que la actuación sea lo único destacable de la película, no es suficiente si la historia no tiene algún interés para el espectador.
Nota:
4/10
Por Rocío Campos