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'Amigos para siempre': Quien tiene un amigo tiene un tesoro

Vía El Séptimo Arte por 29 de noviembre de 2012

Escribir suele ser una experiencia solitaria... todo lo opuesto de lo que debería de ser acudir al cine, una experiencia susceptible de verse muy engrandecida en la compañía adecuada salvo en excepciones, ocasiones y propuestas muy personales. Ya sea compartiendo risas, lágrimas, miradas cómplices, retortijones o palomitas, y aunque suene a cliché prefabricado en un despacho con el que adornar un cartel promocional, una buena película lo es aún más si tienes con quien compartirla, con quien contrastar sus resultados en vivo y en directo y sin necesidad de tener que recurrir a las frías palabras que pueden transmitirse a través de un móvil, una tablet, un portátil o cualquier otro ingenio de prestaciones similares para no sentirse sólo e insignificante. Y hay en ocasiones en las que el "debería" alcanza la consideración de "obligación"... como es el caso de 'Amigos para siempre', cinta que requiere de estar acompañado de la inocencia de un niño o niña para poder, ejem, entenderla.Escribir sobre una película como 'Amigos para siempre' es posiblemente una de las cosas más insustanciales e intrascendentes sobre las que se pueden escribir habida cuenta de que, dado el tipo de producto que es, la capacidad de decisión de su público potencial es más bien nula... por más que le condicione sobremanera a quien sí tiene la capacidad de decidir (y de leer) por ellos, los mismos a quienes por otro lado y por mucho que puedas invertir tu mejor prosa en una causa tan noble tan sólo les interesa saber una cosa al respecto: ¿sufrirán con la experiencia por el amor a un vástago? ¿sufrirán por darles algo que hacer a los que aún están en edad de tener todo el tiempo del mundo para no hacer nada mientras les arrebatan el suyo propio a sus progenitores... para que estos hagan casi lo mismo que nada?

Con 'Amigos para siempre' la respuesta es no, un no tan directo como puede ser el sí cómo respuesta de un niño a la clásica pregunta del ¿te he gustado? aunque, como por otro lado es (o debería ser) lógico, para ello tengamos que dejar al margen cualquier actitud mínimamente crítica y dejarnos llevar como si tuviéramos todavía la edad suficiente, o algo menos, como para creer en la magia de los Reyes Magos y cosas tan vanales como el dinero no fueran de nuestra incumbencia. 'Amigos para siempre' es una película infantil, de principio a fin, y como toda producción infantil que se jacta de ello cualquier cosa que puedan pensar los adultos es más bien irrelevante: Lo importante es que los más pequeños de la casa puedan disfrutar mientras aunque sólo sea durante 80 minutos sus padres no tengan de qué preocuparse. Y en ese sentido, misión cumplida.

¿Es 'Amigos para siempre' una buena... o una mala película? Ni lo uno ni lo otro, y la respuesta más correcta a esa pregunta sería decir que sin un niño de la edad adecuada a tu lado su visionado es del todo improcedente. No hablamos de una producción "para todos los públicos" o de un concepto artístico, sino de un (correcto) filme por y para los más pequeños en todos los sentidos en donde los adultos no dejan de ser meros comparsas cuya única función, que no es poco, es poner ese dinero que a los más pequeños aún no le ha dado tiempo a empezar a corromper. 'Amigos para siempre' cumple donde y cómo tiene que hacerlo, con buenos valores e inocencia, por lo que uno no puedo sino salir de la sala con la misma sonrisa con la que lo hace su jovencísimo acompañante... porque en realidad a eso se viene, y si ellos disfrutan nosotros también.

Nota: 6

Por Juan Pairet Iglesias

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