Aunque sea algo evidente, voy a decirlo...

'Alicia a través del espejo' tiene algo que no tienen ni mucho menos todas las películas, y es muchísimo dinero a su disposición. Tanto como para que llegado el caso más que una película, o incluso antes que un blockbuster, lo que parezca sea una mera excusa para gastar, gastar y gastar como si no hubiera tiempo para un mañana. Como si la Disney, para entendernos, quisiera de manera metafórica "poner sus huevos sobre la mesa".

A diferencia de lo que ocurre con la -respetable- versión en imagen real de 'El libro de la selva', el lujo que rodea a 'Alicia a través del espejo' no parece esconder ninguna historia, y posiblemente, tampoco ninguna inquietud narrativa en particular. Es una de esas secuelas que parecen hechas por inercia. O sólo porque la primera tuvo éxito, o sólo porque es lo que se supone que hay que hacer, o sólo porque es lo que está de moda. Pura rutina. Y por supuesto, arrastrando consigo esa brillante -y a la vez molesta- sensación con aroma a piruleta de haber sido realizada sin que haya mediado la debida autocrítica por el camino entre la primera y esta.

Y ya que la mencionamos, ¿mejor o peor que la de Tim Burton? Sinceramente, no la recuerdo como para responder a esa pregunta... más si lo suficiente como para no tener ganas de refrescar la memoria. ¿Tal vez igual, y en paz? Las sensaciones son al menos virtualmente las mismas, siendo esta continuación otro lujoso papel de regalo que envuelve un vacío alarmantemente kitsch. Otra película a lo huevo Kinder que parece filmada sin salir de un frío cuarto de estar de paredes azules, si acaso empobrecida por la existencia de un precedente... o puede que justo al contrario, embellecida precisamente por ese mismo precedente que nos sitúa de antemano en el mundo real.

Si esta Alicia logra respirar es justo allí dónde la de 2010 se ahogaba, en el abuso indiscriminado, compulsivo y casi enfermizo de retórica visual que ratifica una sospecha que daremos por evidente: la "película" es su apariencia. Y a falta de "una" película, suponen una luminosa alternativa tan distraída como un desfile de alta costura. Porque al fin y al cabo esa billetera repleta de verde permite, consiente e incluso justifica un despilfarro que por otro lado tampoco se ha dejado en manos del primero que pasaba por ahí... por más que el presunto encargado de comandar a todos le vayamos a prejuzgar como si fuera un Teleñeco en lugar de un realizador.

Que 'Alicia a través del espejo' va muy justa como película es prácticamente tan innegable como que al grueso de su reparto es algo que le preocupa entre poco y nada, quién sabe si voluntaria o involuntariamente. Como también es innegable que su esplendorosa imaginería visual posee un encanto plástico capaz de dar tiempo al tiempo, al auténtico... al de no tener la sensación de haber perdido 100 minutos, uno tras otro. El dinero no da la felicidad pero es un poderoso caballero, sobre todo en manos de una Disney que sabe de sobra que cuando se trata de hacer de los chavales tus aliados, nada como un "dulce bañado en chocolate" a lo huevo Kinder.

Y es que ya sabe, lo barato -por ejemplo un guionista- en esto del cine a menudo sale caro... ¿no?

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex