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'Un doctor en la campiña' - ¿Qué me pasa, doctora?

Vía El Séptimo Arte por 27 de mayo de 2016

Un doctor en la campiña

Jean-Pierre (François Cluzet) es el médico de una pequeña zona rural. Y lo es a cualquier hora del día durante, los siete días de la semana y, también prácticamente, los 365 días del año. Sin rechistar ni nada que objetar, y desde hace ya ni se sabe ejerciendo a la vez de psicólogo, asistente social... y de lo que se precie, así como por supuesto de amigo y confidente. Es en resumen su vida... hasta que él mismo enferma, y se ve obligado a aceptar la ayuda de la doctora Nathalie (Marianne Denicourt), recién llegada de París.

No por casualidad Thomas Lilti es médico antes que cineasta, como bien sugieren sus dos últimos filmes (de un total de tres). Y al igual que ya sucedía con 'Hipócrates', esta circunstancia es lo que marca la diferencia fundamental en 'Un doctor en la campiña', cinta que se nutre de la cercanía de quién habla con conocimiento de causa. Algo que además hace con el punto exacto de dulzura que hay entre la vocación y el respeto, entre la convicción y el espíritu crítico. Siempre con determinación pero a la vez marcando la distancia sobre lo que no deja de ser una ficción cinematográfica.

Lejos de discursos maniqueos o intenciones formuladas, Lilti muestra una historia a la que desnuda con sencillez para que, nosotros, desde la butaca y como personas antes que espectadores, seamos capaces de extraer lo que consideremos oportuno de ella. Con la complicidad del siempre solvente François Cluzet, Lilti utiliza el humor como envoltorio para retratar, con suma contención y respeto, temas algo más serios a los que despoja de su posible histerismo dramático. Sin perder su acidez, pero tampoco su humanidad ni por supuesto claro espíritu de servicio público.

Narrada con ritmo y agilidad, consciente de la necesidad de ante todo entretener, y un tono ligero, muy accesible, que bascula entre el drama y la comedia de forma siempre suave y sin alzar la voz, 'Un doctor en la campiña' es un filme más inteligente de lo que pueda parecer a simple vista. Como ya lo era en realidad 'Hipócrates', creciéndose en esos pequeños detalles que, como ya ocurría con la reciente (y también francesa) 'El novato', elevan su ambiciosa modestia por encima de cualquier efecto secundario mayormente irrelevante que pueda surgir durante el tratamiento.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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