A rebufo del éxito incuestionable (por desgracia para algunos…) con el que se ha saldado el estreno mundial de ‘Luna Nueva’, nos llega esta comedia que Kristen Stewart rodó entre esta y su primera entrega. Sin embargo, aunque se deje ver y bastante, su protagonista es Jesse Eisenberg, primera advertencia. Greg Mottola reincide aquí en las mismas directrices de su anterior y exitoso ‘Supersalidos’, esta vez también como autor del libreto, aunque con desigual fortuna y algo menos de gracia. Aunque las buenas intenciones vayan por delante.

Ambientada en los años ochenta, en lo que por cierto es tanto uno de sus grandes aciertos como una de sus principales bazas, la cinta trata de ser una revisión y/u homenaje al cine adolescente de dicha época, un regreso en cuerpo y alma por otra parte convincente y que nos hace recordar a los grandes "de los buenos tiempos" con el recientemente desaparecido John Hughes a la cabeza. En aquella época hubiera sido tal vez una más, aunque ahora esto le dota de una cierta personalidad que sin embargo no acaba de resultar todo lo efectiva que podría ser por culpa de uno de los grandes males del cine moderno, el conformismo, y de lo que resulta una comedia tan entretenida como prescindible. No obstante, se agradece la voluntad, así que seamos algo buenos y, por qué no, conformistas. Y es que si de algo hace gala la cinta es, precisamente, de buena voluntad, y aunque sólo con la voluntad no basta al menos ya es más de lo que ofrecen la mitad de las películas, lo que por cierto resulta muy triste. Fiel al modelo ochenteno en el que se inspira, nos encontramos la clásica historia de adolescentes en donde chico conoce a chica, chico y chica se gustan, chico y chica etcétera etcétera, con alguna que otra variable, problema entre medias, y cuyo aspecto más personalizable sería su ambientación en un parque de atracciones (que hoy en día no pasaría de barraca de Feria) que da título al film… y no mucho más. Y en parte, por desgracia, y en gran medida, se desperdicia la esencia de este ‘Adventureland’ al dejar un tanto de lado a este posible tercer personaje para quedarse en la mera excusa del relato.

Vamos, lo que vendría a ser un mcguffin, ese truco cinematográfico parido por Hitchcock y que por poner un ejemplo más o menos reciente, funcionó a las mil maravillas con la maleta de 'Ronin'. Y lástima, sí, porque por contra se nos conduce por los caminos más o menos habituales de la comedia romántico-juvenil sin incidir en su potencialmente parte más interesante, y que además y de largo ofrece sus pasajes más agraciados y logrados, que no necesariamente graciosos, quizá porque sólo cuando la cámara se adentra en dicho recinto deja de lado la cierta monotonía narrativa que se apodera de un relato que juega a ser algo más inteligente pero tan instrascendente como cualquier otra comedia romántica (sobre todo si se ve sin la media naranja agarrada del brazo).

Su reparto bien, gracias, cumplen con eficacia y ni molestan ni estorban, y aunque un tanto esteotipados al menos se les trata como personajes, no como los maniquís de saldo que adornan cintas como 'Hermandad de Sangre' y similares, algo que se agradece y que sirve para empatizar lo justo para que nos preocupen un poquito sus vidas. Y por no herir sensibilidades lo dejo ahí, porque si digo algo más igual dejo escapar cierto prejuicio hacia un integrante de su reparto, y no creo que sea plan... en fin, buena voluntad y alguna que otra virtud hacen de esta simpática producción un entretenimiento eficaz e inofensivo, que se deja ver y que a más de uno le puede evocar recuerdos de "aquellos maravillosos años". Tal vez no sea mucho pero al menos ya es suficiente.

Nota: 6.5

por Juan Pairet Iglesias